Cuando María Rosa García, Niña Pastori, se sube al escenario para conmemorar su primer disco surge la pregunta de si en ese momento, con las luces apuntando hacia su mono blanco de lunares, su esforzada banda y sus virtuosas coristas, la cantante está pensando en los recitales que daba en las tabernas de San Fernando, en la primera vez que vio a Camarón, en las veces que cantó frente a sus padres y sus hermanos, o en la ducha. Porque han pasado veinticinco años de la publicación de un álbum, pero muchos más desde que surgiera una nueva voz en el flamenco, que prácticamente nació cantando.

Qué estaría pasando por la cabeza de un símbolo para la cultura andaluza; un icono para las generaciones que ven con toda la naturalidad la mezcla de flamenco con pop. “Es muy difícil quedarse con un solo momento de tantas noches bonitas, pero lo mejor que tengo sois vosotros, vuestra fidelidad”, confesó la cantaora a sus seguidores, que parecían haber caído en un estado de hipnosis provocado por la mezcla de ritmos latinos, arreglos pop y coro flamenco. Las palmas fueron escasas; la música las ahogaba. Al aire se cogían algunas manzanas del árbol, para comerlas y tirarlas.

Aunque la atención fue dispersa hubo máximo respeto por los momentos en los que Niña Pastori decidió cantar, acompañada únicamente por un pianista, temas como Cuando nadie me ve. El canto a Cai, Desde la azotea o el homenaje a Sabina, Contigo, lograron despertar algún: “¡Guapa, Guapa!” y varios “¡Venga María!”. Un repaso por la discografía que atendió tanto a temas antiguos, como Eres tan pequeña, Amor de San Juan y No digas no, como a la última colaboración de la cantante con el trapero Dellafuente, Ese gitano.

Por supuesto, no faltaron las que coparon las cadenas de radio en los dos mil. Quién te va a querer provocó cierta emoción en la artista, quien no se separó de un pañuelo durante buena parte del espectáculo. “No estoy llorando, ¿eh?”, se justificó, “Es que se me está yendo el rímel. Estoy muy contenta. El otro día me pasó igual. O será que mi madre me hizo muy sensible. ¡Ay, esta piel sensible!”.

Entre los asistentes, un fan vestido con una camiseta de El Torta. Otro explicó por qué era de los pocos que gritaban con insistencia a la cantaora: “Es que me hace ilusión, que he venido desde Baena a verla”.

Qué estaría pasando por la cabeza de María Rosa García García. Qué estaría pensando la Niña Pastori.