La exposición Donación González del Campo: Dibujos de Platería, que reúne un total de 21 creaciones del que fuera platero, orfebre y diseñador, se ha inaugurado este martes en el museo de Bellas Artes de Córdoba con la presencia de dos de sus sobrinos, Julio y Rafael Martínez González del Campo. Los dos han recorrido la muestra muy emocionados, acompañados de la delegada de Cultura de la Junta en Córdoba, Cristina Casanueva, y del director del museo, José María Domenech, junto a familiares y amigos. La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 17 de octubre.

Los 21 dibujos que componen la muestra, fueron realizados en el taller de este artista de orfebrería tradicional en el Palacio de los Luna, en la Plaza de San Andrés. Están realizados a lápiz de grafito sobre papel y cartulina, con aguada de diversas tonalidades. Algunos de ellos incorporan carboncillo y tizas de colores, también tinta negra a plumilla. La familia donó esta colección de dibujos en 2015 y es la primera vez que se exponen al público.

"Además de su singular belleza y valor artístico, son una muestra de su reconocida maestría, ha afirmado Cristina Casanueva, quien también ha agradecido a la familia González del Campo la donación de parte de su obra, porque de esta manera “vamos a poder disfrutar de estos dibujos y conocer mejor la tradición de la platería cordobesa a través de uno de los mejores orfebres de Córdoba”.

Los sobrinos de José María González del Campo han destacado algunas de las obras del orfebre gaditano (1878-1976, -que trabajó 50 años en Córdoba y estudió en Sevilla, recibiendo por ello el apodo de Pepito, el sevillano- como la arqueta de plata para parte de las cenizas del Inca Garcilaso o la empuñadura de una espada en plata, oro y esmalte para el general Llanderas.

Custodia de Arfe

La exposición exhibe también el dibujo realizado para la restauración de la Custodia de Arfe de la Mezquita-Catedral de Córdoba, que realizó el maestro en 1961, junto a sus creaciones para cálices, cruces pectorales, coronas para la Virgen, un San Isidro Labrador, joyas y medallas.

El autor consideró siempre que el mejor trabajo de su dilatada carrera profesional fue la restauración de la Custodia de Arfe de la Catedral de Córdoba, que llevará a cabo en 1961.Su etapa de mayor fecundidad comienza en la década de 1940, en que recibirá numerosos encargos particulares y oficiales de distintas instituciones del Estado. Los trabajos que más fama le dieron fueron la empuñadura de una espada en plata, oro y esmalte para el general Llanderas; un San Rafael en plata y oro; el Blasón de Córdoba ejecutado en oro y esmalte para el Ayuntamiento; y un atril de plata que las delegaciones de la Sociedad de Autores regalan a su presidente, el conocido maestro Guerrero.

Ejecutó numerosos trabajos de orfebrería, y además de ello, colaboró en la restauración de los principales palacios y casas solariegas de Córdoba, como el palacio de Medina Sidonia o la casa del Marqués del Carpio. Parte de su fortuna la dedicó a desarrollar su afición predilecta: el coleccionismo de pintura, reuniendo en su vivienda de la Casa de los Luna en la plaza de San Andrés, un notable conjunto de ellas.