Hay muchos Rayden diferentes bajo el músico así llamado como vuelve a demostrar en 'Homónimo', el disco que cierra su última trilogía y en el que reclama, por ejemplo, su derecho a decir "no sé", una vacilación sin cabida cuando aparece el tema de la libertad de expresión y los posibles límites.

"Pablo Hasél se metió conmigo en una canción, me dijo que era un perro del sistema, pero yo lo defiendo, porque la libertad de expresión va por delante", se reafirma el rapero madrileño en una entrevista con Efe a ese respecto.

Para él, ese derecho "puede tener límites, pero no una respuesta penal, sobre todo cuando se vive en una sociedad de doble rasero, en la que se busca polarizar y en la que llevamos mamando desde hace mucho tiempo grupos de música reconocidos nazis, con discursos que son una burrada sin reacción alguna".

"Aunque este sea un cateto sin buen gusto y que en vez de hacer canciones hace panfletos, tiene sus derechos", insiste quien firmó la carta que solicitaba la libertad de Pablo Hasél junto a otras personalidades de la cultura como Pedro Almodóvar o Joan Manuel Serrat.

Ya sea por visionario o porque esta sociedad se ha vuelto muy predecible, en su sexto disco de estudio habla de todo ello en una canción previa a toda esta polémica llamada 'Don Creíque', que arranca con un "No me creo al Papa cuando recrimina desde el Vaticano" justo en la semana en que este ha rehusado bendecir las uniones de personas del mismo sexo.

"Tengo que agradecer a la locura de sistema que tenemos por hacerme la campaña de marketing", señala al respecto el músico nacido David Martínez (Alcalá de Henares, 1985).

Con 'Homónimo' (Warner Music), que estará mañana disponible, completa la trilogía iniciada con 'Antónimo' (2014, que habla de contrarios), al que siguió 'Sinónimo' (2019, sobre las equivalencias).

"Para mí el mayor homónimo que existe es la canción, que tiene el mismo título para todos, pero para cada uno significa algo diferente. Una canción es algo más grande que nosotros, como hemos vuelto a ver con la muerte de Pau Donés. Cosas así nos recuerdan que las personas no somos tan importantes, pero lo que hacemos en vida sí y que las canciones son viajes en el tiempo", opina.

Como en sus anteriores trabajos, vuelve otra vez al recurso del "tratamiento de sándwich", es decir, un viaje que discurre desde el primer corte, que es un análisis de lo que es una canción ('Himnostalgia'), hasta la última, en la que el analizado es él mismo como persona y como músico ('Himno del centenario').

"Y con este disco lo he sabido más: Rayden es lo que quiera ser. Si pienso que algo es de verdad, tiro adelante", afirma al respecto el artista, que para escribir esos cortes preguntó directamente al público y utilizó sus respuestas para ponerlo "todo bonito".

Entre medias, y tras delegar la producción en las manos de Paco Salazar ("Uno de los mejores productores del mundo, al que además me parezco mucho", dice), sorprende con cortes desgarradores como 'El mejor de tus errores' junto a Alice Wonder.

"Surgió de una frase, 'Con aguja de pescar por si la sangre llega al río', y trata sobre la romantización del amor, porque no vemos al otro como es, sino como queremos, y lo terminamos convirtiendo en el villano de la película", explica sobre el origen del que considera "el antisingle y tema menos pretencioso del álbum", pero un buen cebo para aquellos que "por morbo" quisiera descubrir nuevos Rayden.

Inaudito en su producción también fue el segundo sencillo, 'Lo Bailao', por su carácter más rítmico y percusivo a lomos de un funk carioca. Con él, repitió de alguna manera la estrategia con su discográfica.

"Les dije: 'Sé que lo singles son herramientas de promoción, pero confiad en mí, porque quiero que el segundo sencillo sea el tema menos destacable del disco. Yo no quería que fuese herramienta de promoción, sino un caminito de migas para llevar al público a abrazar el disco de la mejor manera", cuenta sobre el que se ha convertido quizás en el corte más carismático.

Otros giros inesperados: en 'Coachella' usa la metáfora de Gustavo Adolfo Bécquer de la muchacha y el rayo de luna reflejado en el agua para convertir el famoso festival californiano en ideal inalcanzable hoy por hoy; en 'La mujer cactus y el hombre globo' narra "un amor malasañero" en los años 80 que, como el rock argentino, arranca "con algo muy de cantautor con elementos sencillos y crece hacia el final cono sonoridades de celebración a lo Woodkid".

"Antes de nada me documento mucho y hago ensayos de texto, pero cuando voy a escribir el tema pienso solo: cuando salga, ¿podré convivir con ello? Me he rodeado de grandes talentos a los que la autocrítica les impide sacar muchas cosas porque piensan que no es suficientemente bueno; yo no quiero eso", explica el artista, volviendo al tema de la canción como núcleo de este álbum.

No habrá que esperar para escuchar las de este trabajo en directo, pues este mismo viernes y sábado, 19 y 20 de marzo, Rayden estará con toda su banda por primera vez desde el pasado verano para tocar en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza, a la espera del gran concierto que el 6 de noviembre ansía celebrar en el Wizink Center de Madrid.