Los trabajos que en estos días han comenzado en la ermita del Calvario de Cabra han dejado al descubierto al menos un par de pinturas murales en su interior, bajo la cal de sus paramentos, según ha podido conocer este periódico. La supervisión correspondiente por parte de Cultura y Patrimonio deberá servir para dictaminar a qué época pertenecen y si son objeto de interés para, al menos, su supervivencia y no su desaparición. La del Calvario es una de las tres ermitas históricas que aún forma parte del paisaje patrimonial egabrense y que seguirá en pie gracias a la labor que para su recuperación y salvaguarda se ha iniciado en esta semana, gracias al convenio de colaboración suscrito en marzo del 2019 entre el Ayuntamiento de Cabra y el Obispado de Córdoba, por el que el Consistorio aporta 34.000 euros y el titular del inmueble, la diócesis cordobesa, el 20% restante.

Esta actuación se debe a la iniciativa emprendida en su día por la Hermandad del Cristo del Calvario y del Rosario, junto al párroco de Nuestra Señora de los Remedios, que alertaron al Consistorio del grave estado de deterioro y de ruina en la que se encontraba dicho inmueble, que, junto a la ermita de la Cruz del Aben Abad y la ermita-santuario de la Virgen de la Sierra, patrona de la localidad, son las únicas que aún quedan en pie en el municipio.

La ermita del Calvario está ubicada en un pequeño cerro cercano al casco urbano egabrense, junto a la vieja carretera de Cabra a Doña Mencía, y, como en otros lugares, evoca a la colina situada en Jerusalén donde tuvo lugar la crucifixión de Jesús.

Esta ermita que ahora se va a salvar y cuyos trabajos van a permitir sacarla del estado de ruina en el que se encuentra, fue erigida en 1619 por Félix Benito de Vargas. Es, como señalaba José Aumente Rubio en las páginas de este periódico en un reportaje publicado el 8 de mayo del 2016, una austera y sólida construcción de piedra, y presenta una espadaña construida en ladrillo que cobija una pequeña campana. Antiguamente, poseía una modesta vivienda para el santero que se encargaba de su guarda y cuidado. El edificio tenía tres altares donde realizar actos religiosos y fue de esta ermita donde se recogió hace tiempo la escultura del Cristo del Calvario, que en la actualidad es una imagen procesional en la noche del Lunes Santo.

Estas pinturas ahora descubiertas no son las primeras que aparecen en un templo egabrense en el transcurso de una obra, ya que en noviembre del año 2002, en el transcurso de las que se acometieron para la restauración de la iglesia de San Juan Bautista del histórico barrio del Cerro, dejaron al descubierto toda una serie de frescos.