Después de Wee Too: Brújula para jóvenes feministas, el escritor y profesor de Derecho de la Universidad de Córdoba Octavio Salazar ha vuelto a hoy miércoles a los anaqueles de las librerías con La vida en común. Los hombres (que deberíamos ser) después del coronavirus, que el autor escribió durante los meses de confinamiento y en el que vuelve al tema de la igualdad.

Ahora, Salazar se adentra en las situaciones que se han ido viviendo en este último año en el trabajo, con la conciliación, el cuidado de nosotros mismos y de las personas de nuestro entorno, la educación, etcétera, cuestiones «que nos han puesto sobre la mesa todo lo que tenemos que resolver de manera satisfactoria en las democracias modernas», lo que afecta a la igualdad. Así, la reflexión de esta nueva obra del autor se centra en esta ocasión en la vida que compartimos y cómo nos organizamos hombres y mujeres en sociedad para que todos «podamos disfrutar de los mismos derechos y oportunidades» .

«Esta crisis que estamos viviendo nos demuestra que tenemos que provocar un cambio de paradigma», ya que ha revelado «qué hay que poner en el centro de nuestras vidas y en el de la política, así como el papel del Estado, en toda una serie de cuestiones que hemos considerado secundarias», como todo lo que tiene que ver con los cuidados, con la vulnerabilidad y con cómo construir la interdependencia, ya que, a juicio de Salazar, esta crisis está poniendo de manifiesto la debilidad del estado social, de las políticas públicas que tienen que ver con los cuidados de las personas y, a nivel personal, con el uso que hacemos de nuestro tiempo.

A juicio de Salazar, esta situación puede ser una oportunidad «para revisar el modelo de masculinidad», aunque duda de que, «como comunidad, seamos capaces de traducir esta experiencia en cambios concretos y sostenibles en el tiempo». «Tenemos una memoria muy frágil», ha continuado el autor, que cree que es muy posible que cuando todo acabe «sigamos con las mismas dinámicas». A la espera de si eso sucede o no, el escritor habla en este libro de la necesidad de «cambios estructurales» después de que «algo tan pequeño haya sido capaz de desmontar nuestras vidas» y haya puesto de manifiesto la vulnerabilidad y fragilidad de los hombres, «a los que siempre se nos ha dado el mandato de ser héroes, fuertes y capaces de enfrentarnos a cualquier adversidad», algo «tóxico» para la sociedad y para «nosotros mismos porque somos vulnerables y quebradizos, igual que las propias condiciones sociales en las que desarrollamos nuestras vidas».

Salazar también habla del bien común y la convivencia, algo en lo que juegan un importante papel las ciudades y lo que ofrecen a las personas.