Antes de empezar la producción de Ad astra, el director James Gray vio una pintada en una pared: «La historia y el mito siempre empiezan en el microcosmos de lo personal». Esa máxima, según contó ayer en la Mostra de Venecia, resume el espíritu de la película que ha presentado a competición. Brad Pitt es un astronauta que viaja a los confines del sistema solar en búsqueda de su padre (Tommy Lee Jones), que lleva años desaparecido en el espacio exterior en una misión que está poniendo en peligro la supervivencia en la Tierra.

El relato galáctico, con influencias literarias clásicas desde La Odisea a El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, o Moby Dick, alberga en su interior un viaje emocional de un hombre abandonado por su padre y con dificultades para abrirse a los demás. Brad Pitt, vestido con camiseta y gorra, explicó en rueda de prensa que en sus conversaciones con Gray sobre la película siempre estuvo muy presente el tema de la definición de la masculinidad. «Nos enseñaron a ser siempre fuertes y hay unos valores en eso que son útiles para estar en el mundo y valerte por ti mismo, pero esa idea de masculinidad implica negar el dolor, las cosas que sientes, la vergüenza, los remordimientos».

«Creo que hay una mejor definición para nosotros, que consiste en ser más abiertos, con tu familia, con tus hijos y contigo mismo», señaló. El actor y productor rechazó entrar en especulaciones sobre sus posibilidades de cara a los Oscar, pero aseguró que ha puesto mucho de sí mismo en este papel.