La actriz británica Judi Dench, que anoche recogió su premio Donostia, llegó ayer por la mañana a San Sebastián acompañada por su marido, David Milles, y dedicó varios minutos a repartir saludos, autógrafos y sonrisas. «¿Puedo acercarme?», peguntó a la organización la veterana actriz, aclamada por numerosos fans que la aguardaban en la entrada del hotel María Cristina, uno de los centros neurálgicos del Festival de Cine de San Sebastián, donde la esperaba el director del certamen, José Luis Rebordinos.

A derecha y a izquierda, saludando, firmando autógrafos y accediendo a selfies, el público agradeció a la estrella su cercanía con una ovación que Dench devolvió con una sonrisa. Incluso ha accedido a «chocar los cinco» con un joven al que le ha faltado llorar ante el gesto de la actriz. La octogenaria, cómoda y elegantemente vestida en tonos beige, se ha separado de su ayudante para acercarse al público, y de vez en cuando ha formado una visera en sus dañados ojos para evitar el sol.