Distancia sin olvido

Orquesta de Córdoba

Director: Lorenzo Ramos

Programa: Obras de O. Respighi y R. Schumann

El jueves comenzó la temporada de abono de la Orquesta de Córdoba con un concierto que constaba de dos obras de fuerte carácter formal y otra en la que la búsqueda de la expresión impulsa el acto creativo: si Los pájaros y el Tríptico Botticelliano parten de obras de otro tiempo para desarrollar unos cuadros que permiten ensayar nuevas formas tras el agotamiento del Romanticismo en el cambio de siglos XIX a XX, la Sinfonía nº 1, "Primavera", Op. 38, en Si bemol fue compuesta con un ánimo bien distinto, el de buscar formas de expresión en un Romanticismo ya consolidado. Partiendo de cinco obras musicales en torno al siglo XVII, Los pájaros es un juego formal --muy formal-- que acusa la ligereza del juego planteado a priori --la imitación de cantos de aves-- y que fue interpretado con corrección y distancia por la Orquesta de Córdoba.

El Tríptico Botticelliano es una obra más armada que la anterior, aunque también tiene gran carga formal, en este caso descriptiva. De las tres partes de que consta, la que sonó de manera más convincente fue la última, El nacimiento de Venus , que crece en tensión e intensidad según va aumentando la orquestación y en la que la orquesta --en la que predominaba la cuerda-- ofreció un buen sonido.

Tras el descanso nos esperaba la juventud arrolladora, la felicidad inconsciente y desbordante de Schumann en su primera sinfonía, la búsqueda de un lenguaje y de sí mismo, la entrada de lleno en lo emotivo; pero la distancia que se había escuchado en las obras de Respighi se mantuvo con Schumann, lo cual es más difícil de comprender y de aceptar: si frente a los ejercicios formales del ecléctico italiano la prudencia expresiva puede ser una opción, ante la obra de Schumann es necesario implicarse e indagar en los recursos expresivos, que es lo que no ocurrió: la versión ejecutada por Ramos marcó unos tempi adecuados, pero dejó correr a la orquesta con el resto del peso de la obra: soplaba el viento, las velas se hinchaban, pero el rumbo era errático.