"Escipión logró derrotar a Aníbal pero, paradojas de la historia, el vencido ha sido más reconocido". Desde este punto de partida, Santiago Posteguillo emprendió la tarea de vengar al que cree "el primer héroe traicionado por Roma". De ahí el título de la tercera entrega de su trilogía --La traición de Roma -- sobre el que considera uno de los generales romanos más maltratados por la historia.

Durante la presentación, esta semana, en Mérida, Posteguillo definió a Escipión como "un militar tan bueno o mejor que Aníbal que, de hecho, logró vencerle" y uno de los principales artífices de la integración de la cultura griega en la romana y, por consiguiente, en la nuestra actual.

"Si Catón írival de Escipióní hubiera ganado, hoy seríamos diferentes", destacó. Pero la figura del protagonista no es el único reclamo de un libro que, según el autor, aglutina todos los temas sobre los que, de acuerdo con Borges, se puede escribir una novela: "una historia de amor entre dos personas, una historia de amor entre tres personas, un viaje o el poder".

Muy especialmente este último, "la ambición emerge contra todos y después se lleva a todos por delante". Conocimiento sobrado del mismo mostró Posteguillo en Mérida, donde aprovechó sus nociones sobre la época para ejercer de guía en el Museo Nacional de Arte Romano y el Teatro y Anfiteatro. Pero sus explicaciones no se centraron en "lo que se ve", sino en lo que "el novelista ve", explicando cómo, por ejemplo, la exposición de distintos tipos de vajilla (cerámica común, de lujo o terra sigillata y bronce), junto con la información leída sobre ello, le inspiraron una escena en la que los personajes son humillados al servirles la comida en platos de peor calidad.