La restauración de la iglesia de San Lorenzo de Córdoba, que comenzó en diciembre del 2006 y finalizará en junio, ha destapado unas pinturas italo-góticas del siglo XIV en el ábside del templo. Este detalle, junto con la recuperación del alminar de la antigua mezquita de la almunia Al-Muguira, constituyen las principales sorpresas que ha deparado la intervención en el templo fernandino.

Estas pinturas son las únicas de este tipo que se conservan íntegras en la capital y reflejan escenas de la Pasión de Cristo y a los profetas. Unos querubines y dragones hacen pensar en una representación del Apocalipsis, según la directora de restauración, Ana Infante de la Torre. Las debió de elaborar un grupo de artesanos y hasta ahora habían permanecido encaladas.

EL OBISPADO Y LA JUNTA La restauración, que impulsan el Obispado de Córdoba y la Consejería de Cultura, tiene un presupuesto total de 1,3 millones de euros. La delegada de Cultura, Mercedes Mudarra, incidió ayer durante una visita a las obras en la presencia del alminar, que Hernán Ruiz revistió antes de realizar la torre renacentista.

El vicario general, Fernando Cruz-Conde, indicó que el Obispado aporta los 111.297 euros adicionales que cuesta rehabilitar las pinturas, pero es un esfuerzo que han querido hacer por su valor artístico y aprovechando que San Lorenzo permanece cerrado.

Los trabajos que ejecuta en la actualidad Fernojosa, SL se encuentran ya al 85%. Era necesario intervenir por la aparición de humedades que habían provocado un importantes deterioro en los muros y pilares. Han resanado las cubiertas y los muros.

Sobre el tiempo de ejecución de la restauración, Mudarra reiteró que por ahora no se ha registrado ningún retraso. Unicamente, hubo un paréntesis ya recuperado en el pasado mes de mayo, cuando se rescindió el contrato con la anterior empresa adjudicataria, Sturmio, SL, por problemas de personal. Por tanto, indicó Mudarra, las cofradías que tienen su sede en este templo tendrán que volver a recurrir a soluciones alternativas.

El 15% restante de trabajos contempla la colocación de la solería, el resanado de algunas partes de los muros, las pinturas y la terminación, como apuntó Mudarra. El exterior ya se encuentra restaurado y conserva el aspecto medieval y la torre coronada con cuerpo renacentista. Los expertos han mejorado el artesonado mudéjar, y el admirado rosetón y otras vidrieras, que acumulaban mucha suciedad, lucen ya en todo su esplendor. Acerca de la restauración del templo, Mudarra considera que es una de las "más emblemáticas" que la Junta está realizando en Córdoba, y ha destacado que es de las "más esperadas" por su simbolismo para los cordobeses.