Música: Opera

Obra: Orfeo y Eurídice

Intérpretes: Orquesta de Córdoba y Coro de Opera Cajasur

Director: Juan Luis Pérez

Lugar: Gran Teatro

Día: Viernes, 6 de junio

Tras su fulgurante irrupción en el año 2000, en el décimo aniversario de la constitución de la Asociación de los Amigos de la Opera de Córdoba, y tras sendas ediciones dedicadas a Verdi en el centenario de su muerte y al operismo del siglo XX, las IV Jornadas de Opera Abierta que organiza la referida asociación lírica tienen este año como dedicataria a la Orquesta de Córdoba, primera institución a la que los Amigos de la Opera honran con tan significativa celebración. Y ello, a cuento de la conmemoración en 2002 del décimo aniversario de existencia de la formación orquestal y de su vinculación a las actividades líricas de la ciudad.

Y no podía escogerse un título más acertado para lo que constituye el plato fuerte de estas IV Jornadas de Opera Abierta, que una versión en concierto de Orfeo y Eurídice de Christoph Willibald Gluck, dado que esta hermosa y emblemática ópera fue la primera en la que la entonces recién creada Orquesta de Córdoba participó en el Gran Teatro, en diciembre de 1992.

Por consiguiente, son estos diez años de presencia de nuestra orquesta en las actividades líricas del coliseo cordobés, los que han propiciado esta sugerente propuesta de los Amigos de la Opera de Córdoba.

Ante un Gran Teatro que presentaba una poco más que discreta respuesta de público, tanto la Orquesta como el Coro de Opera de Cajasur y el muy bien escogido terceto solista evidenciaron una total entrega y buenas dosis de calidad interpretativa, cuajando una velada sumamente agradable y un resultado artístico encomiable de todo punto. El espléndido contratenor Flavio Oliver, cuyo papel llevaba el peso de la función --adaptada a la versión de concierto y por tanto con algunos números suprimidos de la versión francesa-- cautivó con su bella voz y pulida técnica, pilares de una magnífica interpretación de Orfeo , a la que no fueron a la zaga ni la Eurídice de la soprano cántabra Beatriz Lanza ni el Amor que bordó la cordobesa Inmaculada Borrego. Todo ello, arropado con la presencia justa de la Orquesta y el Coro, en una muy acertada dirección del maestro jerezano Juan Luis Pérez.