Narrativa

Una autobiografía ficticia

‘Averroes o el secretario del diablo’, del escritor egipcio Gilbert Sinoué

Estatua de Averroes en Córdoba.

Estatua de Averroes en Córdoba. / A.J. GONZÁLEZ

Con el peculiar título de ‘Averroes o el secretario del diablo’ se presenta el libro de Gilbert Sinoué (El Cairo, 1947) para acercarnos a la figura del pensador cordobés, nacido en 1126. Lo hace a través de una autobiografía ficticia, un recorrido en primera persona desde la gloria hasta los momentos más desdichados para Averroes. El texto alterna capítulos en los que podemos leer esa autobiografía con otros que nos sitúan siempre en una época posterior a su muerte y en distintos lugares en los que su nombre hizo acto de presencia: desde París en 1210 a la Basílica de San Juan de Letrán (Italia) en 1513; de Palermo en 1229 a Venecia en 1367. Muestras del peso y la trascendencia que causó su pensamiento y de la controversia que ocasionó entre distintos líderes religiosos.

La opción elegida por Sinoué genera una intensidad y un interés constante, haciendo que el testimonio de Averroes resulte emotivo y cercano. Más allá del compromiso histórico con el personaje, destaca la capacidad de ocupar espacios vitales en los que solo la ficción (guiada por las fuentes) puede resolver los movimientos más cotidianos, lo diario, lo que de entrada no trascendió. Casi siempre resuelto con diálogos ágiles para que la trama generada nos llegue con ritmo y despierte nuestra curiosidad por los detalles paralelos. Es decir, la unión de lo histórico (la bibliografía y las fuentes consultadas, que aparecen recogidas al final del libro, son numerosas) con lo ficticio alcanza un equilibrio respetable y siempre al servicio de la propia narración. Para el autor, Averroes fue «un hombre de gran coraje, con una importante e inusual apertura de miras y poseedor de una enorme cultura».

De todo ello queda constancia. «Escribo para mi hijo Yehád», nos dice al comienzo, y añade poco después: «Aristóteles, mi maestro Aristóteles. Aristóteles fuente de todos mis conocimientos». Una declaración de intenciones que va desde lo más personal hasta su estudio de la teología, las matemáticas, la jurisprudencia, la filosofía o la medicina: «Esta noche, mientras pienso en esto, constato que, en toda mi vida, no he pasado más que tres noches sin estudiar: la de mi casamiento, la de la muerte de mi padre y una noche de la vergüenza de la que hablaré. Y si tuviera que hacer la cuenta de las hojas que llené desde la edad de los veinte años, no estaría muy alejada de las diez mil». Pero también hubo tiempo fuera del estudio: la relación con sus padres, el viaje a Granada para conocer a Abubácer, su matrimonio con Sarah. Y la acusación de ser el firmante del ‘Tratado de los tres impostores’. «Hace algún tiempo había corrido por Córdoba un rumor sin que yo pudiera detectar su origen. Ese manuscrito del que me acusaban de ser el autor, merecía por lo menos el calificativo de demente», nos relata, para añadir a continuación que «está escrito que Aláh no pide nada a nadie más allá de sus posibilidades. Aláh debió haber sobreestimado la capacidad de resistencia de mi alma».

La controversia de su pensamiento entre los distintos líderes religiosos lo llevó al destierro (primero en Lucena) y al declive personal hasta su muerte en Marrakech en 1198. Pero ese mismo pensamiento atravesó el tiempo de otra manera, dejando su presencia en ‘La Divina Comedia’, de Dante, y llegando al siglo XX, por ejemplo, en la prosa de Jorge Luis Borges: en ‘El Aleph’ aparece el cuento titulado «La busca de Averroes», donde trata de conocer los conceptos de comedia y tragedia en su estudio de la obra aristotélica: «La víspera, dos palabras dudosas lo habían detenido en el principio de la ‘Poética’. Esas palabras eran tragedia y comedia. Las había encontrado años atrás, en el libro tercero de la ‘Retórica’; nadie, en el ámbito del islam, barruntaba lo que querían decir».

Gilbert Sinoué nació en Egipto, aunque reside en Francia. Ganó el premio Jean d’Heurs en 1987, el Prix de libraires en 1996 o el Gran Prix de littérature policiére en 2004. Entre sus obras destacan títulos como ‘El último faraón’ (1997), ‘El fugitivo de las brujas’ (2000), ‘La mujer del sueño’ (2002), ‘Los silencios de Dios’ (2004), ‘El libro del Zafiro’ (2006) o ‘La reina crucificada’ (2008); y los aún sin traducir ‘L’Aigle égyptien’, ‘L’Enfant de Troie’ y ‘Le Royaume des Deux-Mers’. Ahora, con la publicación de ‘Averroes o el secretario del diablo’ por parte de la editorial cordobesa Almuzara, está a nuestro alcance una ficción al servicio del pensador cordobés que comienza así: «Marrakech, 9 de diciembre de 1198 de la era latina. Venidos de las estrellas, descienden embriagantes perfumes y antiguas endechas, mientras que, adosada a las murallas de la ciudad ocre, la noche habla a mi memoria».

‘Averroes o el secretario del diablo’.

Autor: Gilbert Sinoué .

Editorial: Almuzara .

Córdoba, 2024.

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