Florencia Etcheves

La escritora argentina llega a España con 'La cocinera de Frida', una novela de tintes policiales que se adentra en la figura de Frida Kahlo

Florencia Etcheves.

Florencia Etcheves. / Aleljandra López

Gema Albornoz

Gema Albornoz

Florencia Etcheves es una periodista, escritora, expresentadora de noticias y activista de género argentina. Durante tres años consecutivos (2010, 2011 y 2012) recibió el premio Martín Fierro a la mejor labor periodística femenina. Es la creadora de la saga policial del comisario Francisco Juánez, a través de la trilogía integrada por ‘La virgen en tus ojos’, ‘La hija del campeón’ y ‘Cornelia’.

Su nueva obra, ‘La cocinera de Frida’, publicada por Planeta, es su sexta novela. En ella, la autora nos adentra en el icónico mundo de la pintora Frida Kahlo y su lado más humano. Una novela con intrigas familiares, amores y envidias donde la protagonista principal es Nayeli, una joven tehuana que huye de su hogar. Con ella, la autora nos acerca a la vida de las tehuanas, al Día de los Muertos, a un México lleno de rincones fascinantes que ha visitado uno a uno.

-¿Cómo surgió el proyecto de esta novela histórica de intriga?

-Surgió a raíz de una propuesta de Gabriel Sandoval y Sergio Vilella, mis editores mexicanos. Ellos soñaban con una novela de tintes policiales con Frida Kahlo como uno de los personajes.

-Si sus protagonistas fuesen elementos de una rosa de los vientos, ¿quién sería el norte y quién el sur?

-El norte sería Nayeli Cruz y el sur sería su nieta, Paloma Cruz.

-¿Qué tal ha sido la experiencia de acercarse a la figura de Frida Kahlo desde una perspectiva familiar?

-Sumamente gratificante. Yo tenía una imagen muy distinta con relación a Frida; la veía como a una muchachita frágil, vulnerable, un ser sufriente. Investigando en México me encontré con una mujer poderosa, aguerrida, profundamente contradictoria, con claros y con oscuros. Si bien en su obra nos ha dado un lenguaje del dolor, ella fue una mujer de risa amplia, alegre, luminosa. Podría definirla como a una mujer del futuro. Su relación con el cuerpo, con la sexualidad, con el deseo y con el amor me resulta modernísima, incluso hoy. Tal vez por eso, Frida es una mujer inoxidable.

-Una novela en dos partes, con un pasado y un presente criminal, ¿con qué parte se queda?

-El presente criminal de la novela fue mi zona de confort: mi ciudad, mi tiempo, mi género. Sin embargo, la parte del pasado me despertó esa adrenalina del desafío y fue profundamente tentador meterme en otra cultura, otro país, otra época y otro género de escritura. Siento que en la parte del pasado pude descubrir en mí a una escritora que no sabía que me habitaba.

-Además, en dos líneas, lo real y la ficción.

-Si tengo que elegir, me quedo con la ficción. La libertad que encierra la ficción es embriagadora.

-Su trayectoria como periodista especializada en casos policiales, ¿ha sido una ventaja para sus investigaciones sobre ellas?

-Sin duda, mi caja de herramientas más eficaz tiene que ver con 25 años de trabajo como periodista de investigación y de crónica roja. Es una gran ventaja de la que me sirvo a la hora de escribir.

-¿Considera que la mejor obra de arte de Frida Kahlo fue ella misma? ¿Por qué?

-La misma Frida considera de esa manera su obra, ella misma dijo: «Me pinto a mí misma porque es lo que mejor conozco».

-Con su novela, realiza unos lazos de hermanamiento entre Argentina y México, ¿qué es lo mejor en esta relación?

-México siempre ha sido un país hermano para la Argentina. México ha sido el refugio amoroso y generoso de muchos argentinos y argentinas que escaparon de la dictadura en mi país. Nuestra gratitud será siempre enorme.

-Es una periodista feminista argentina reconocida que narra las intrigas amorosas y personales de una mexicana adelantada a su tiempo. Una novela que, finalmente, llega a España de la mano editorial de Planeta. ¿Cómo ha sido este proceso y crecimiento de la novela?

-El recorrido de esta novela es hermoso. Arrancó en México y Argentina, se extendió por toda Latinoamérica. Fue traducida al portugués, al italiano, al polaco y al alemán. Y ahora me pone feliz que llegue a España, país que amo y del que soy ciudadana por mi madre gallega.

-Trata de forma paralela el mundo del arte y la comprobación e identificación de las obras del arte. ¿Qué le aporta en la novela esta línea?

-Me aporta el nudo principal de la novela: la mecánica criminal que funciona como ‘driver’ de la trama policial del objeto que une el pasado con el presente: un cuadro maldito. Ese cuadro por el que muchos son capaces de morir y otros, capaces de matar.

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