NOVELA

Encontrar la belleza

‘Cuerpo Kintsugi’ es la primera novela de la escritora bosnia Senka Marić

Senka Marić.

Senka Marić. / Diego Marín Galisteo

Diego Marín Galisteo

Los pedazos rotos del espejo interior», cantaba Miguel Ángel Peralta con ‘Los Abuelos de la Nada’, aquella banda argentina que tuvo sus mayores éxitos en los años 80 del pasado siglo. El interior como herida, como lugar desde el que, si es posible, reparar una ausencia, una pérdida, una enfermedad. Contarlo puede ser una opción y la escritora Senka Marić (Bosnia, 1972) utiliza la segunda persona en ‘Cuerpo Kintsugi’ como punto de partida. De una manera directa y valiente la protagonista de esta novela afronta la enfermedad, el cáncer de mama, poniendo en el camino no solo esa circunstancia, también las rutinas, los informes médicos o la dignidad que se busca en cualquiera de los días que hay por delante.

La novela abre tres vías que van pasando ante el lector de forma paralela. Por un lado, la propia enfermedad desde el diagnóstico hasta la curación completa. Todo el proceso y todo lo que ello incluye (médicos, privacidad, exposición). Por otro lado, el recuerdo, el rastro de la memoria y de esa misma enfermedad en su madre. Y sumado a lo anterior, lo onírico, lo femenino visto a través de distintos modelos clásicos (Medea, por ejemplo). Todo para conformar una narración de distinta intensidad, pero con el mismo tono poético. De altibajos emocionales, pero con la precisa sencillez de una escritura que no rehúye nada.

Cualquier sala de espera de oncología contiene momentos para expandir esas mismas vías. Las llamadas para cambiar de fecha, los análisis que se repiten, la máquina para confirmar una cita que no atiende a la primera. Circunstancias que se mezclan con una ensalada de letras y números extraña. En el caso de Marićesto sirve para dar cuerpo y forma al proceso. Tanto es así que durante el libro van apareciendo informes detallados sobre AJCCTNM pT1cNO, examen patohistológico, Paclitaxel, Herceptin, protocolos detallados, Trastuzumab, IgG1, advertencias especiales. Una toma de conciencia compartida para no dejar ningún detalle suelto.

«Las palabras son un ancla que permite que la realidad no se desdibuje», escribe la autora. La constancia desde ese primer momento en que la noticia aparece como una intuición, un rumor que se digiere en silencio, hasta la primera conversación con el médico que no titubea cuando dice que el bulto es cancerígeno; cuando suaviza añadiendo que se ha llegado a tiempo. Frases que son golpes definitivos, que son ajenas al tiempo y a la divagación en un primer momento.

Senka Marić es poeta, ensayista, traductora y editora de la revista literaria digital ‘Strane’. Ha recibido el Premio Zija Dizdarevic (cuento corto) y el Premio Caballero Europeo de Poesía. Con ‘Cuerpo Kintsugi’, su primera novela (publicada en España por la editorial La Huerta Grande, dentro de su colección Hespérides y con la traducción de Miguel Roán), obtuvo en 2019 el Premio Mesa Selimovic a la mejor novela publicada en 2018 en la región de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia y Montenegro. Nacida en Mostar, comenzó a escribir poesía a los ocho años, interesándose muy pronto por la literatura y el teatro, campos que amplió con su formación universitaria. Durante la guerra de Bosnia vivió en el Reino Unido y continuó con su formación académica.

Otro dolor más, otro pedazo roto de un cuerpo que no oculta la herida. Que lo muestra como título para advertir de la reparación. Lo señala la autora al inicio, al poner sobre aviso al lector para dejar claro el espíritu de la historia: «Kintsugi es una técnica japonesa que consiste en reparar objetos de cerámica rotos con oro líquido o platino, enfatizando los lugares dañados con el objetivo de resaltar el pasado del objeto, y no esconderlo, lo que le acerca al principio de wabi-sabi, es decir, a encontrar la belleza en cosas estropeadas o viejas. Al destacar los daños y fracturas, el kintsugi celebra la historia única de cada objeto, revitalizándolo con una nueva vida y dándole mayor belleza de la que tenía inicialmente». Lamento y aceptación como tema de la pérdida y de la mejora. La cicatriz como forma de belleza que muestra una historia, la de un cuerpo de niña que surge a través de la memoria para entender el cuerpo de una mujer que sufre y renace desde el espejo interior: «Sigue siendo el cuerpo de una mujer, a través de todas tus transformaciones. Encantador, hermoso y suave, redondeado en sí mismo. El cuerpo de una guerrera. Perfectamente tallado a través de todas las derrotas y victorias. Las cicatrices que lo adornan son un mapa de tu camino. La historia más verdadera sobre ti que las palabras no pueden descifrar».

‘Cuerpo Kintsugi’.

Autor: Senka Maric .

Editorial: La Huerta Grande . Madrid, 2022.

Suscríbete para seguir leyendo