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Monserrat Rico Góngora.CÓRDOBA

NOVELA

El emperador debe morir

Monserrat Rico centra en Granada y en el siglo XVI su ‘thriller’ histórico

Nacida en Barcelona en 1964, Montserrat Rico presenta una trayectoria notable dentro del panorama narrativo y ensayístico del país, con novelas exitosas o muy exitosas como ‘Cartas a Lucrecia’ (2000), ‘Bajo un cielo púrpura’ (2004), ‘La abadía profanada’ (2007), ‘Pasajeros de la niebla’ (2009), ‘La caída de Babilonia’ (2012) o ‘La ciudad de los demonios’ (2015), así como ensayos biográficos como el que nos regaló en 2018, ‘Miguel Ángel, escultor de sueños’, en el que se ocupó de manera magistral del gran artista renacentista o ensayos que ha ido publicando en revistas especializadas. Una trayectoria coherente y brillante la de esta barcelonesa irreductible que camina con solvencia por el ‘thriller’ histórico, creando piezas de una viveza realmente notables, donde la precisión documental y la sólida construcción de sus tramas convierten sus novelas en una especie de fiesta del desasosiego, valga decir, donde los acontecimientos se imbrican como un extraordinario brocado.

En esta ocasión Rico regresa a esa época tan cara para ella que es el Cincuecento, una época convulsionada por conflictos de índole religiosa, que aún soterrados siguen vivos en el imaginario popular, con trifulcas palaciegas y muy sutiles equilibrios internacionales. Si en ‘La caída de Babilonia’, Rico se hacía eco del ‘sacco’ de Roma, acaecido en 1527 y que convulsionó Europa de parte a parte, regresa ahora con esta novela a los escenarios de ‘Bajo un cielo púrpura’, otra de sus grandes y deliciosas narraciones, para hablarnos de la visita a Granada del emperador Carlos V, príncipe de la cristiandad, en el verano de 1526, justo un año antes del ‘sacco’. La novela comienza con la muerte de un noble flamenco cercano al rey que tal vez por una fatal equivocación muere en muy extrañas circunstancias durante una cena de gala acaecida en la Alhambra, donde acude todo el séquito imperial y toda la nobleza granadina del momento. A partir de este instante la novela trata de desentrañar lo que ha sucedido, o mejor, lo que está sucediendo subrepticiamente en ese tablero envenenado que es la ciudad de Granada, la protagonista de facto de esta novela, hasta el punto, que la belleza y precisión con que nos relata la Granada recién conquistada, es, a mi modo de ver, motivo más que suficiente para leer con fruición esta tan interesante como reveladora obra. La reconstrucción de la Granada del siglo XVI es realmente asombrosa y delicada en sus detalles o en su lenguaje. Una vez fallecido el acompañante de Carlos V, la novela se centra en investigar qué ha pasado, y quién o quiénes están detrás de lo que a lo largo de las páginas se descubrirá como un complot, que consiste nada más y nada menos que en acabar con la vida del emperador. La novela, pues, está atestada de cortesanos (algunos ilustres, como los embajadores itálicos Navagiero, Castiglione o el propio Francesillo de Zúñiga) que juegan a distintas barajas y responden a intereses muy dispares, siempre con la presencia del turco y de los moriscos detrás de la oreja. Se trata, pues de un ‘thriller’ histórico bien trenzado, con pequeñas pinceladas de humor y con -no importa repetirlo- magníficas descripciones de la Alhambra y de la ciudad que durante su apasionante lectura nos mantiene atrapados en esa fabulosa ciudad que apenas una generación anterior aún estaba gobernada por los nazaríes y que aún no ha conseguido dejar atrás su reciente y glorioso pasado, malviviendo en un ambiente de tensa incertidumbre, y donde todos miran con recelo y con cierto desasosiego hacia un joven emperador recién casado con Isabel de Portugal y que aún no ha dado señales de su visión política, y todo queda retratado espléndidamente, con una precisión sobrecogedora, donde cada elemento parece estar medido y contrastado, pues más allá del ‘leitmotiv’ en el que la narradora centra su historia, lo que va quedando en nosotros como lectores es ese ambiente cortesano y purulento que por esos años convulsiona toda Europa, con conflictos de índole religiosa, económica y dinástica. Aunque la habilidad de la autora lo difumine, nos hallamos en realidad ante una novela política, donde tras el ‘glamour’ y la fascinación cortesana quedan al descubierto los distintos -y distantes- intereses que mueven sutilmente la política europea y mediterránea, imprescindibles para entender no solo la época, sino la resolución del hecho central de la novela.

Una magnífica novela que desde luego encantará a quienes creen que una novela histórica es algo más que un acarreo más o menos verosímil de hechos históricos.

‘1526. El emperador debe morir’

Autora: Montserrat Rico Góngora.

Editorial: Miguel Sánchez. Granada, 2022.

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