La buena literatura nos permite que, desde una primera mirada, intuyamos la madurez de una historia, la precisión de un texto, y descubramos por extensión a una escritora que ha encajado, de una manera minuciosa, palabra por palabra, y provoca en nosotros una atmósfera tan imaginativa como ambigua, incluso causa un temblor que estremece cuando pasamos una página tras otra, ocurre en los cuentos y las verosimilitudes de ‘El libro de las ciudades’ (2021) y ‘Una mano de santos’ (2022) que exponen una minuciosa recreación y reinventan reconocidos cuentos con una mirada y una visión personal que no desdice a ninguno de los singulares ejemplos de la tradición literaria, y así la gaditana, Ana Rosetti, conforma un hermoso y estremecedor catálogo humano de gestos y de personajes marcados por una serie de constantes para que no olvidemos que somos los libros que hemos leído y los cuentos que hemos oído en nuestra infancia.

Sobresale, en ‘Una mano de santos’, publicado originariamente en 1997 y, veinticinco años después reedita Siruela, la imaginación de la narradora para concebir relatos, cuyas características no surgen de una equívoca y proyectada evasión de la realidad, sino que, con una socarrona e irónica visión, donde el humor juega un papel esencial, profundiza en una realidad atemporal que se nos antoja permanente; no menos importante, cada palabra, cada oración, párrafo a párrafo, esa profusión lírica con que ensambla sus historias, el amor con que dispone su texto y lo convierte en un lenguaje secreto; cinco historias que nos introducen en mundos sugerentes, que trascienden de lo mítico y de lo épico de las ficciones eternas. Cada una de estas narraciones es una lección de vida y un soplo de aire. El volumen, que subtitula, ‘Cinco cuentos prodigiosos’, reúne «La cueva de la doncella», donde princesas, dragones y caballeros nada convencionales nos obligan a reflexionar sobre la libertad y la soberbia; «La niña extranjera» es una construcción casi arquitectónica sobre el mundo de las palabras, ejemplo de expresión de la soledad frente a un racismo de política marginal de absoluta actualidad; en el relato, «Más allá no hay monstruos» se cuenta la historia de la princesa Poema, una joven que por su actitud y buenas acciones en favor de la diversidad se convertiría en Santa Casilda, puesto que siendo una princesa musulmana, hija del rey de Toledo, socorría a los cristianos cautivos; y no menos sugerente «El soberbio celeste», la historia de Laurencio y la alegoría del bien y del mal, del ángel de la guarda y del diablo que media por llevarse el alma, aunque finalmente será el joven quien con una renovada actitud rescate al ángel para entrar juntos en el Paraíso; y, el último, «El bien esquivo», una alegoría del poder que califica al gigante protagonista de Gran Inepto, de Fuerza Bruta, y de Gigante Autómata que provocará el desorden en el reino del emperador Máximo, y por añadidura la descripción del mundo de la Sombra y de ese inframundo que capitanea el Príncipe de las Tinieblas de tanta raigambre literaria, una hermosa gesta que nos revela la identidad de san Cristóbal, cuyo nombre que viene a significar, «Llevo a un rey conmigo».

Ana Rosetti (San Fernando, 1950) irrumpió en el panorama poético del último tercio del siglo XX con una primera obra, ‘Los devaneos de Erato’, 1980, Premio Gules, que la crítica calificada de apasionada, audaz, sensual y brillante; en 1988 una primera novela, ‘Plumas de España’, y ‘Hasta mañana, Elena’ (1990), ‘Mentiras de papel’ (1994) y ‘El antagonista’ (1999); las colecciones de relatos ‘Prendas íntimas’ (1989), ‘Alevosías’, Premio Sonrisa Vertical, 1991, ‘Una mano de santos’ (1997) y ‘Recuento. Cuentos completos’ (2001).

La narradora recorre las regiones más literarias, ofrece un exquisito homenaje lírico a esos relatos de una dulce infancia que completa con un lenguaje atemporal, sublime en determinados pasajes, tocado por la delicadeza. Así se invita al lector a sumergirse en ese lenguaje secreto de las narraciones para llegar a esas conclusiones morales revestidas de lirismo que alguna vez nos dieron la ocasión de prepararnos para la vida; lo mejor se trata de una auténtica gramática de las mitologías que refleja distintas preocupaciones contemporáneas, convirtiéndolas en atemporales, o poniendo de relieve las contradicciones que rigen sacándolas fuera de su contexto. Un hecho que evita lo panfletario, dogmático, o el escrito tendencioso porque no hay una única manera de leer las señales y afrontar su realidad.

‘Una mano de santos’.

Autora: Ana Rosetti.

Editorial: Siruela. Madrid, 2022.