El dolor por la pérdida de un ser querido es el punto de partida del viaje introspectivo que Julen Carreño (Alicante, 1984) realiza en Consagración del duelo (La Isla de Siltolá, 2021). Movido por la necesidad de entender el misterio de la existencia, el poeta ahonda en la conflictiva relación experimentada entre razón y fe, encontrando cobijo no tanto en las respuestas sino en las lindes difuminadas de las preguntas descarnadas, de cuyos silencios brota la vida y su reverso.

En este sentido, el concepto del duelo, entendido como proceso psicológico que se produce tras la pérdida de un ser querido, es la argamasa con la que el poeta construye unos poemas en los cuales el monólogo interior se convierte en un fértil diálogo con la persona ausente y, sobre todo, con Dios, cuya existencia, aunque sea puesta en tela de juicio, es necesaria, como sujeto absoluto, para que se cumpla la definición de verdad y, así, resolver la aporía inicial. Pero esta revelación de Dios, siguiendo los Soliloquios de San Agustín, dimana del amor, aunque se produzca en el interior del hombre, que es un sujeto temporal y contingente.

De este modo, más allá del duelo por la ausencia, en estos poemas se celebra y se afirma la vida y las presencias, en las que se esconde el sentido de la existencia. Y esta es la grieta de la cual nace la palabra de Carreño, cotidiana y sencilla, profunda y precisa, capaz de transcender los pequeños detalles a través de una mirada fértil, aunando ausencia y presencias, muerte y vida, dolor y celebración, sombra y luz, dudas y revelación.

‘Consagración del duelo’

Autor: Julen Carreño.

Editorial: La Isla del Siltolá, Sevilla, 2021.