La admiración y el afecto a los demás, el elogio a la obra de aquel que lo merece, hoy no están de moda. Pero yo soy un antiguo; por eso admiro y elogio a dos escritores de nuestra ciudad que han dado a la luz libros espléndidos, lo mismo en ensayo, novela, que en poesía. Joaquín Pérez Azaústre y José Luis Rey hoy gozan de un gran prestigio nacional y han obtenido premios tan señeros como el Loewe, Ciudad de Melilla y el Gil de Biedma, entre otros muchos. Sus obras han sido elogiadas por la crítica y por muchos lectores, entre los que yo me encuentro. De Joaquín recomiendo sus poemarios Las Ollerías y Leyenda del jinete eléctrico , y, entre sus novelas, La suite de Manolete , Los nadadores y Atocha 55 .

De José Luis Rey recomendaría sus poemarios La familia nórdica , Barroco y La fruta de los mudos . De sus ensayos destaco Brujas al mediodía , Anotaciones a la poesía de Claudio Rodríguez y sus traducciones de Elliot y Emily Dickinson. Los libros de Pérez Azaústre y José Luis Rey son palabras en el tiempo, obras singulares, de un enorme valor ético y estético.