Documentos globales afectan a la zona al concentrar también patrimonio y actividad

‘Planazos’ con normas para dar y regalar

La Agenda Córdoba, el Plan de Gestión del Casco o el Pepch se superponen para proteger e impulsar la zona

El Gran Teatro, que cumple en 2023 siglo y medio de existencia, es uno de los equipamientos claves en todo plan de protección y promoción del Centro Histórico y de la ciudad. | SÁNCHEZ MORENO

El Gran Teatro, que cumple en 2023 siglo y medio de existencia, es uno de los equipamientos claves en todo plan de protección y promoción del Centro Histórico y de la ciudad. | SÁNCHEZ MORENO / JUAN M. NIZA

Juan M. Niza

Juan M. Niza

No será por falta de planes. Si hay una zona de Córdoba donde ha habido y hay normas y proyectos, y más que vienen en camino, ése es el distrito Centro. Tan enorme es la superposición de grandes documentos que casi hay que felicitarse porque, hasta ahora, sean contadísimos los casos de contradicciones entre ellos. Pero vayamos por partes.

Quizá lo mejor sea empezar a hablar por el gran documento rector, el PGOU de 2001, con un papel tan especial para los barrios antiguos que se vio la necesidad de aprobar, junto a él, el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (Pepch), documento clave y minucioso que recoge todas las normas y ordenanzas que afectan a la zona, con un estudio financiero para las intervenciones propuestas y 51 fichas de actuaciones para espacios libres, equipamientos y servicios municipales.

728 fichas

Pero lo realmente impresionante del Pepch es su catálogo de fichas, con 728 en total entre los que se encuentran 80 monumentos en la Villa, 39 en la Axerquía, 15 enclaves históricos de las murallas, 37 espacios libres en la Villa y 7 en la Axerquía, 17 hitos urbanos (fuentes, restos señeros, etcétera) y nada menos que 20 conjuntos a proteger, en ocasiones tan extensos como el barrio de Santa Marina o San Lorenzo.

Asombra también de esta auténtica labor de chinos ver cómo no se deja nada a la improvisación con las fichas de edificios catalogados: nada menos que 261 en la Villa y 252 en la Axerquía, de las que más de 25 han sido modificadas ya para dar paso a proyectos, aunque sin alterar sensiblemente el espíritu del edificio y de su uso.

Y es que tanto el PGOU, al que se preveía en 2001 unos 12 años de vigencia, como el Pepch ya van para viejos, y en muchas ocasiones no responden a la evolución de una ciudad que durante el desarrollo de estos documentos ha crecido a su aire, viviendo sucesivas crisis económicas que abortaron muchos proyectos particulares y hasta planes públicos urbanísticos y socioeconómicos, como el Área de Rehabilitación Concertada Axerquía Norte, en el propio distrito Centro.

Planes, el PGOU y el Pepch que cuando se confeccionaron tampoco se podía ni imaginar situaciones como el proceso de gentrificación que viven los cascos históricos españoles, fenómenos como los alojamientos y viviendas turísticas o el encarecimiento de la vivienda en alquiler hasta hacerse prohibitiva.

¿Actualizar el PGOU?

Con estos mimbres, es normal que la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara haya pedido, sin ir más lejos la pasada semana, que se redacte un nuevo PGOU para evitar estar cada dos por tres introduciendo modificaciones, especialmente en el distrito Centro.

Ahora bien... ¿Qué directrices tendría este nuevo PGOU de la ciudad y con qué criterios, si es que así se decide, se cambiaría también el Pepch? Posiblemente la mejor guía sea otro gran documento en camino: el Plan de Gestión del Casco Histórico (PGCH). Y todo ello por dos motivos: en primer lugar, porque el PGCH responde a una demanda que viene de muy alto, de la Unesco, una recomendación para todas las ciudades con un casco histórico que en parte o en su totalidad sea Patrimonio de la Humanidad. Y en segundo lugar, porque el documento no solo contemplará el aspecto material (los edificios y espacios públicos y privados), sino también qué vida y actividad generan y cómo deben ser disfrutados. La propia teniente de alcalde Promoción, Cultura y Patrimonio, María Antonia Aguilar, (ver página 8 de esta edición de la CRÓNICA DEL CENTRO) considera que todos los demás documentos deberán seguir las directrices del futuro PGCH, cuya redacción salió a licitación hace unos meses y del que se espera conocer pronto algunos datos concretos.

¿Influirá mucho el PGCH para cambiar los otros documentos? Habrá que verlo, pero ahí está un ejemplo: cuando la Unesco (no olvidemos que es la impulsora última del PGCH) hizo hace años un velado reproche al PGOU y al Pepch cordobés por relegar un tanto la arquitectura popular (las casas patio, por ejemplo), eclipsada por la enorme concentración de inmuebles históricos y monumentales.

Otro capítulo en lo referente a grandes planes rectores que afectan al distrito Centro serían los formados por proyectos específicos, como el Plan para la Manzana de Orive o el Plan Alcázar-Caballerizas, con importantísimas inversiones que obligan a desarrollarlos en múltiple fases y a lo largo de lustros. Quizá también ellos deban ser retocados.

Por último, habría que citar documentos que tienen un ámbito global, como la Agenda Córdoba, presentada este mes y pensada para todo el municipio, casi como plan estratégico, y en la que tiene un papel esencial el distrito Centro, su grandes equipamientos culturales y sociales y su enorme atractivo social y económico, especialmente para sectores como el turismo y la hostelería.