ENTREVISTA | María José López Martínez La Clámide Púrpura

«De China, aquí nada»

La Clámide Púrpura, María José López Martínez.

La Clámide Púrpura, María José López Martínez. / A.J. GONZÁLEZ

Juan M. Niza

Juan M. Niza

¿Ya tiene ‘a tope’ las reservas de incienso para la Cuaresma y la Semana Santa 2023?

Sí (sonríe). Aquí siempre tenemos el incienso funcionando.

¿Cuándo se abrió la tienda?

Pues llevamos desde el año 2005, cuando nos hicimos nosotros cargo, aunque la tienda se abrió en 2000. Siempre con el mismo tipo de producto: artículos religiosos y cofrades.

¿Y por qué el nombre de La Clámide Púrpura?

Ya estaba puesto, era una marca que ya se había hecho un sitio, con un estatus. También me gustaba... Así que decidimos mantenerla.

Veo que tienen de todo. Pero cuando digo «todo»... es «todo».

Ya ve: fajas especiales para costaleros, costales, morcillas, camisetas, incienso, carbón, capirotes, imágenes religiosas y no solo cofrades, imágenes de tallas cordobesas en miniaturas con fotocopias 3D.

¿Ha dicho reproducciones de impresora 3D?

Sí, sí... Tenemos hasta hidroalcohol desinfectante con olor a incienso, calcetines cofrades...

¿Calcetines cofrades? A verlos. ¡Ah! ¡Mire! ¡Qué monos! Con músicos, costaleros, un ancla de La Esperanza...

Los tenemos también sin motivos cofrades, con la banderita de España. Hasta comercializamos orfebrería. No todo se puede tener en la tienda. Hay mucho material y aquí no hay sitio para todo. Pero cualquier cosa que nos pidan, lo averiguamos.

Y las urgencias también, ¿no? Algo que se ha olvidado antes de la procesión, un imprevisto en los cultos, material para algo que se ha roto...

Y urgencias, claro. Cosas que hay que averiguar corriendo. Ya me lo han dicho varios... «Eres mi salvavidas». «Salvavidas» me voy a llamar (ríe).

La pandemia tuvo que ser tremenda para un comercio de este tipo.

Fue muy duro. Hay que recordar que estábamos preparando la Cuaresma. Por supuesto que fue duro para todo el mundo en general, pero a nosotros nos afectó especialmente.

Y luego la crisis que sufrieron las cuentas de las cofradías, eso también lo tuvieron que notar.

También, también.

El comercio cofrade es esa parte visible de los más de 42 millones de euros que, según un estudio, tiene de impacto la Semana Santa y las hermandades en la ciudad, ¿no?

Es que no nos hacemos a la idea de que esto toca muchas profesiones: bordados, orfebrería, tallistas, doradores, imagineros... Hay muchas familias que viven de lo relacionado con el mundo cofrade.

Tras la pandemia llegaron otras crisis, como la del desabastecimiento.

¡Uy! ¡No llegaban las cosas! Las materias primas no llegaban a las fábricas y la producción estaba parada, y después, cuando les llamaba, me decían que el paquete estaba detenido en una carretera, que a veces me daba gana de ir a recogerlo. Eso también fue muy duro.

Y la crisis de costes. Le habrán subido la luz, los productos... todo.

Todo, todo... es un desastre.

¿Cuánto ha subido el incienso?

Pues yo he mantenido el precio. A mí me lo han subido, pero yo tengo el mismo para vender.

Entre cientos de referencias, tiene que haber algo chino, es inevitable.

¿De China? (Tono ofendido). ¡Aquí nada! ¡No hay nada de China, todo es de calidad! Le diré más: muchas cosas si puedo averiguarlas de la misma ciudad, la provincia o de Andalucía, no voy más lejos. Prefiero lo de aquí. Muchas veces me preguntan por una imagen barata de plástico y yo les digo que esto no es un todo a cien.

¿Hay modas cofrades? He oído que hay expertos que prefieren una mezcla de incienso para cultos, otras para la procesión, otras para... ¡Qué nivel! ¿no?

Pues sí, hay modas. La gente tiene sus gustos. Pero para el incienso, yo tengo el de mi casa, con el que empecé, y con él sigo.

¿El que está quemándose ahí en la puerta, ahora mismo?

Ese, el que hace que huela la calle San Pablo y que la gente recuerde la Semana Santa.

Es muy acogedora la tienda.

Me lo dicen mucho. Una vez llegó uno que decía que se sentía como en casa. Le dije de broma que si quería le podía averiguar una cama plegable. ¡Al menos me haría de vigilante! (Ríe). Es bonito que la gente joven te diga eso.

Supongo que la Semana Santa lo marca aquí todo. Vuestra vida se contará en semanas santas, ¿no?

Hombre, es la época comercial más fuerte... Pero yo cuento todos los días. Durante todo el año se siguen haciendo ventas y hay actos cofrades siempre. Y luego llegan las cofradías de gloria... Todo el año hay actividad.

Estoy mirando de nuevo los calcetines y me pregunto, ¿qué más artículos cofrades veremos en el futuro?

Pues... Lo que se tercie (ríe).