La Diputación cree que el agua potable llegará a los grifos del Norte de Córdoba de manera "inminente"

El presidente de la Diputación Provincial de Córdoba, Salvador Fuentes, ha analizado este lunes la situación en la que seda el pantano de Sierra Boyera, que ahora tiene un 70% de su capacidad, y cómo afectan las últimas lluvias a la situación crítica de abastecimiento en el Norte de la provincia. 

Emproacsa, la empresa provincial de agua de la Diputación, comenzó a realizar análisis del agua de Sierra Boyera justo al inicio de la Semana Santa. Los informes del laboratorio ya han sido enviados a la Junta de Andalucía para saber si en las condiciones actuales el agua de Sierra Boyera es ya potable o se necesitan más tratamientos. 

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Vaciar las tuberías

Mientras se conocen los resultados, Emproacsa ha comenzado un plan para vaciar las tuberías de la zona del agua contaminada que lleva meses en circulación, para impedir que se mezcle con la que ha caído estos días en el pantano. Sin esa medida no se puede utilizar el agua ahora retenida, ya que bajaría la calidad.

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Además, Fuentes ha insistido en que Emproacsa sigue con su plan de modernización de la planta potabilizadora de Sierra Boyera, independientemente de lo que arrojen más adelante los resultados de los análisis del agua. En cualquier caso, el presidente cree que el agua potable puede volver a fluir por los grifos de las comarcas del Guadiato y Los Pedroches de forma «inminente». 

Reacciones de Juanma Moreno

La situación ha mejorado tanto en la zona que hasta se ha referido a ella el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. 

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El mandatario aplaudió este lunes que el pantano de Sierra Boyera tiene agua para cuatro años. Esta zona del norte de la provincia de Córdoba lleva meses con duras restricciones por culpa de la sequía, pero el presidente de la Junta ha hecho un llamamiento a los 80.000 vecinos afectados y les ha asegurado que «van a tener agua las 24 horas del día». Este giro demuestra un cambio radical en la situación, ya que se llegó a hablar de que este tipo de restricciones se iban a ampliar a gran parte del territorio andaluz, algo que tras la borrasca de la Semana Santa parece muy lejano.

Ambas comarcas cordobesas llevan casi un año sin poder usar el agua para beber, aunque sí para otros menesteres. 

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