El sector de la hostelería de Lucenaya manifiesta públicamente su malestar por la acumulación de actividades organizadas por diferentes asociaciones, sobre todo cofradías, y asentadas en la instalación de barras con servicio de cocina. En los últimos meses ha aumentado de manera exponencial esta fórmula de obtención de ingresos para los colectivos y, en las últimas semanas, incluso coinciden varias iniciativas similares en un mismo fin de semana.
La Asociación de Hosteleros de Lucena (Asholuc), mientras remarca su respeto y reconocimiento a entidades asistenciales, hermandades o clubes deportivos, expresa abiertamente su «descontento» y alude a un incremento «exponencial y descontrolado».
En un texto remitido al Ayuntamiento, sostienen que algunas actuaciones «rozan el intrusismo laboral» y lamentan que esta práctica ya perjudica «en gran medida» a un alto número de los empresarios de la hostelería.
Si anteriormente, reconocen, la organización de estas propuestas lúdicas y sociales hasta «beneficiaba» a la generación de un «ambiente» propicio para bares y restaurantes, actualmente, «por la ingente cantidad de eventos», causan «situaciones desfavorables» para los hosteleros.
Irregularidades
Subrayan que no reclaman la supresión de estas iniciativas, aunque sí exigen igualdad de condiciones «en materia de trabajo, salubridad, planificación y permisos necesarios».
En definitiva, emplazan al Ayuntamiento, y así se lo han transmitido en una reunión al propio alcalde,Aurelio Fernández, a «controlar y vigilar» esta casuística porque, de lo contrario, concluyen, «serían cómplices de irregularidades».
Entre otras opciones, el presidente del colectivo, Sergio Leiva, ha planteado concentrar en el tiempo de verano la programación de estas asociaciones con la finalidad de promover la movilización de la ciudadanía en fechas de escasa concurrencia en la vía pública.
Leiva, propietario de varios establecimientos de hostelería, aduce a un acuerdo de los grupos políticos del Ayuntamiento, pactado en agosto de 2019, que propugnaba la coordinación de las actividades autorizadas por la administración local desde la pretensión de impedir la acumulación, en determinadas fechas, de actos similares.
Trabajo conjunto
Al analizar esta coyuntura, el alcalde reconoce, por ejemplo, «la coincidencia y la cantidad de eventos» en idénticas fechas y admite la pertinencia de «buscar una solución» que satisfaga, al menos, a la mayoría.
El compromiso del equipo de gobierno estriba en «sentarnos» y trabajar conjuntamente con la voluntad de alternar el respeto a los derechos de los negocios hosteleros y, también, permitir a las asociaciones lograr vías de financiación. Fernández se muestra dispuesto a «escuchar propuestas e ideas» y asume la necesidad de «ordenar» las diferentes actividades diseñadas por colectivos de múltiples ámbitos y establecer calendarios anuales.
Por último, deslizaba el regidor popular la idea de explorar las directrices adoptadas en otros municipios con problemas análogos y tamaño parecido para replicarlas en Lucena.