Jornada histórica y emotiva la vivida este sábado en Bujalance, donde la imagen más señera e icono devocional de su Semana Santa, Nuestro Padre Jesús Nazareno, ha recibido la llave de oro de la ciudad. Esta celebración ha comenzado a las cinco de la tarde, en la Catedral de la Campiña con una eucaristía en honor a Jesús Nazareno, que estaba colocado en su paso en el centro del altar mayor, presidiendo la misa. La eucaristía fue oficiada por el párroco Francisco Roldán, cantada por la Coral Pedro Lavirgen y ha contado con la presencia de la alcaldesa, Elena Alba, resto de miembros de la Corporación municipal y representantes de las cofradías bujalanceñas de pasión y gloria y de más de veinte cofradías de Jesús Nazareno de la comarca y de la capital.
Al concluir la misa, la alcaldesa ha subido al paso donde estaba el Nazareno para colocarle la llave entre el aplauso de los asistentes. La entrega de esta insignia es un reconocimiento público y oficial del pueblo de Bujalance, un gesto que simboliza los honores que su Ayuntamiento concede a esta imagen, obra del escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci de 1944, que porta cruz barroca de plata cincelada y que procesiona en la Madrugá del Viernes Santo, que despierta una gran devoción popular y cuya fe y veneración le profesan muchos bujalanceños. Ha cerrado el acto, la alcaldesa con unas palabras de agradecimiento en nombre de Bujalance a Jesús Nazareno. Tras la finalización de la eucaristía, se abrieron las puertas del templo para iniciarse la procesión extraordinaria por la entrega de la llave de la ciudad.
El cortejo que ha acompañado a Nuestro Padre Jesús Nazareno ha abierto su marcha con caballistas, estandartes y banderas, gastadores del Imperio Romano, mujeres de mantilla, numerosos devotos con cirios, representantes de las cofradías y hermandades bujalanceñas y de las cofradías nazarenas invitadas de la comarca y Córdoba, hermanos mayores y junta de gobierno de la cofradía, Corporación Municipal, sacerdote y sobre el paso, la imagen de Jesús, llevado a hombros por sus fieles costaleros, entre ciriales, incensarios y el palio de respeto, detrás muchos devotos con promesas. Musicalmente acompañado por la Banda de Música Pedro Lavirgen y la Banda del Imperio Romano. La procesión recorrió las principales calles y plazas del casco histórico, engalanadas con altares, balconeras, gallardetes, banderas y pancartas, ante la expectación de todo un pueblo que lo recibió con gran fervor.
