Sucesivas reuniones y negociaciones, intensificadas en los últimos días, entre los agentes implicados, aclaran la viabilidad de la subestación eléctrica que, implantada en el término municipal de Cabra, abastecería a la localidad egabrense liberando, en consecuencia, a la infraestructura ubicada, actualmente, entre los dos municipios y que, entonces, sólo concedería fluido eléctrico a Lucena. El montante rondaría los cinco millones.
Los dos sectores privados concernidos en Lucena, Oeste-1 y Sur-2, exigen, como condición indispensable previa a la firma de los respectivos convenios y al abono de los importes porcentuales, la disponibilidad inicial e ilimitada de suministro. Un requisito que también abrazaría El Zarpazo, una zona urbanística donde comparten titularidad el Ayuntamiento, en un 30%, y la Junta, con un 70%.
Por la información que han trasladado, sobre esta determinante cuestión, los representantes de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, encargada de entablar la negociación, la compañía eléctrica podría aceptar la petición y «se podría conseguir», según reprodujo en la última sesión plenaria el alcalde, Juan Pérez, quien verbalizaba sensaciones «buenas y positivas». Otra «gran sorpresa y agradable» para el regidor socialista estriba en la permanencia en este proyecto multilateral, encallado desde hace más de una década, del sector Sur-2.
Endesa ha reiterado que, únicamente, concertará acuerdos económicos con las administraciones públicas.
En cambio, desde IU se oponen a «los chantajes» de Endesa y plantean recuperar la idea original que ubicaba esta infraestructura transformadora en El Zarpazo y comprometía a Endesa, con documentos del Plan Especial de Infraestructuras, a adelantar el 10% del coste y conceder el abastecimiento eléctrico necesario.
Incertidumbe en la gestión de la estación de bus
El final del contrato de gestión de la estación de autobuses de Lucena vuelve a conllevar serias dudas sobre el futuro de la gestión. A menos de mes de que expire la adjudicación, el Ayuntamiento y la concesionaria continúan sin acordar una solución definitiva por los graves problemas de rentabilidad económica, provocados, en primer término, por el incremento exponencial de otros modos de transporte colectivo.
Sólo una aceptación mutua propiciaría una prórroga por cinco años. El Ayuntamiento ya estudia otra licitación con «condiciones más favorables». En el último Pleno del Ayuntamiento de Lucena, el equipo de gobierno también confirmó que la limitación económica obliga a cambiar una rotonda por varios semáforos en el cruce entre la N-331 y la carretera del Calvario.
