Los incendios forestales son, por desgracia, protagonistas cada verano. En esta ocasión, hemos querido recordar lo que ocurrió en el 2021 y como se encuentran algunos paisajes de la provincia, de gran valor ambiental, arrasados por las llamas, un año después. Como ejemplos, el incendio declarado el 16 de agosto en el Puerto del Calatraveño, donde ardieron 606 hectáreas; el que se produjo un día antes en Villaharta, que afectó a 112 hectáreas; o los ocurridos en Cabra el 24 y el 31 de julio en las sierras de Gaena y el paraje de Los Pelaos, con 100 y 232 hectáreas, respectivamente.
El del Calatraveño, en Alcaracejos, fue considerado el peor incendio forestal de los ocurridos en la provincia en más de una década. Pasaron cinco días hasta que se dio por controlado y fueron evacuadas numerosas personas de cortijos y casas de campo de la zona.
Al volver al lugar impresiona ver el esqueleto de encinas, olivos, pinos o alcornoques completamente calcinados pero también sorprende cómo la vida vegetal ha vuelto a abrirse paso. Manuel Díaz, encargado de la finca Cortijo Nuevo, muestra las plantaciones de pistachos, olivos y almendros que se le quemaron y que ha ido replantando «con mucho esfuerzo», por lo que ha recuperado el paisaje verde y ha dejado atrás en parte el negro. Quedan aún muchos olivos y pinos quemados, «que esos ya están perdidos» pero «han empezado algunos chaparrillos, que son duros, a rebrotar y esta primavera ya tuvimos hierba, que es ahora pasto, y jara».
En Villaharta el incendio se acercó peligrosamente al casco urbano. Como ocurre en Alcaracejos, la vegetación y los pastos reaparecieron esta primavera con las lluvias. En el terreno quemado, y tal y como comentan los vecinos, en los árboles totalmente quemados no ha habido cambios pero en los que se quemaron partes de la copa o no todas sus ramas «han empezado a verse retoños». Desde el centro de esta localidad de 650 habitantes siguen siendo visibles los tonos negros en los cerros que rodean el núcleo urbano.
Lo mismo ha ocurrido en Cabra en los parajes afectados el verano pasado por el fuego, con solo una semana de diferencia, en las sierras Subbéticas. El alcalde, Fernando Priego, señala que «se ven zonas negras pero sobre las cenizas han ido resurgiendo pastos e incluso algunos arbustos». El alcalde lamenta que «algunas encinas centenarias en el paraje de Gaena se perdieron».
Javier Olmo, propietario afectado en el incendio de Alcaracejos, y Justo Barba, cuyo terreno resultó quemado en Villaharta, coinciden en criticar las dificultades que se encuentran para limpiar el monte o hacer cortafuegos por una legislación medioambiental «de despachos, sin conocer la realidad y sin planes contra incendios y aquí tienen ustedes el resultado». Todos señalan que el daño es irreparable.