Al entrar en el Valle de la Serena y llegar a Monterrubio, al peregrino que viaja por el Camino Mozárabe ya solo le queda 860,88 kilómetros para llegar a Santiago de Compostela. Mejor no pensar en ello. Anima más saber que se ha dejado atrás los 137 primeros kilómetros de ese millar que separan el centro de Córdoba de la catedral del Apóstol, y que la aventura continúa. Ahora, por tierras extremeñas a través de cañadas y caminos tan antiguos como la vía romana Item ad Corduba Emeritam (un tramo se conserva bajo el Museo Romano de Mérida), calzadas que contemplan cuatro etapas, dos de ellas significativamente largas, con paradas en Campanario, Medellín y San Pedro de Mérida, que conducirán al viajero hasta Mérida.

Monterrubio-Santiago

En la capital de Extremadura, donde como en Córdoba el pasado romano está vivo, se enlaza en la Vía de la Plata con la espina dorsal de los caminos en el oeste de la Península, siguiendo un itinerario que ya hace dos mil años, casi un milenio antes de que los primeros peregrinos mozárabes viajaran hasta Santiago, estaba salpicado de mansios, grandes ventas para el descanso del viajeros, sus cabalgaduras y carretas a distancias fijas en millas romanas. Algunas de esas mansios han desaparecido, aunque no las leyendas asociadas a ellas, entre ellas Ad Sorores, Túrmulos, Ad Lippos… Otras prosperaron pero se disolvieron en el tiempo, como Cáparra o Castrotorafe. El tercer grupo lo componen ciudades vivas y aún pujantes, como la propia Mérida (Emérita Augusta), Cáceres (Castri Caecili), Salamanca (Salmantice), Zamora (Ocelo Duri) y Astorga (Asturica). Por todas ellas debe pasar el peregrino dirigiéndose al norte.

Camino romano reconstruido en Baños de Montemayor.

En Zamora, el viajero debe escoger si toma el camino de Braganza, a Astorga o sigue por el Camino Mozárabe

UNIENDO CAMINOS Y PASOS

En Mérida, los peregrinos desde Andalucía Oriental, Málaga y Córdoba se unen a los que llegan por la prolongación de la Vía de la Plata desde Sevilla y los ramales de Huelva y Cádiz (Vía Augusta). Etapas más adelante, tras el mágico paso por los montes de Béjar y las inacabables llanuras de Salamanca, en Zamora se les unirá los peregrinos de Levante que llegan por Toro. Ahí el peregrino tiene tres opciones: seguir por la Vía de la Plata hasta Astorga y unirse al ya saturado Camino Francés, también la calzada más cosmopolita del mundo; tomar en Zamora el camino de Braganza (el más corto y que pudo haberse usado antes incluso del nacimiento de Portugal) o, en Granja de Moreruela, desviarse para tomar el Camino Sanabrés, que es justo el que se ha consolidado como parte del Camino Mozárabe. En ese ramal aún quedarían 14 etapas para concluir el viaje, con paradas en Tábara, Santa Marta de Tera, Mombuey, Puebla de Sanabria, Lubián, A Gudiña, Laza, Verín, Xunqueira de Ambia, Ourense, Cea Dozón, Silleda, Ponte Ulla y Santiago.

Teatro de Mérida.