Habitantes de la localidad de llegada: 4.603 (en 2021).
Dormir (convenio con la Federación del Camino): Albergue Parroquial: 957676020. Donativo. Casa Morejón: 957676169. 15 euros.
Comer: Variada oferta hostelera.
Transportes: Buses: 957676020. Horario en «donamencia.es/horario-bus/». Taxis: Juan Urbano (696234008). Fdo. Camacho (957676534).
Policía Local: 619903748.
Ayuntamiento: 957676020.
Consultorio médico: 957676524 / 670941375.
Seguridad: APP Alertcops.
Otra relativamente cómoda etapa por la Vía Verde del antiguo Ferrocarril del Aceite, que nos permitiría, y aunque el peregrino siempre es dueño de su caminar y su tiempo, disfrutar antes de la partida de los hitos que existen en Cabra y que en solo un día no se pueden vivir e interiorizar. Ya en la etapa anterior adelantamos muchos de ellos, comenzando por esa iglesia de La Asunción, única por sus cinco naves, repleta de columnas del rojo, señorial y carísimo mármol de Cabra (como es de recibo) y que hace algo más que evocar desde el barroco a la mezquita preexistente. La suerte del peregrino es que mirar hacia adelante consuela de lo mucho bueno que se deja detrás, y hoy hay que llegar a Doña Mencía a través de unos breves y agradables 13 kilómetros.
Así, tras buscar la antigua estación de Cabra, de nuevo esa moderna infraestructura del antiguo tren de vía estrecha del Tren del Aceite, largamente reivindicada para fines culturales, turísticos y de ocio como éste que lo han convertido en parte del Camino Mozárabe, nos conduce a paisajes más abiertos que en la jornada anterior, hacia ese enclave también fronterizo de guerras medievales y que se fundó con una fecha muy concreta: el 2 de agosto de 1415. Entonces, el mariscal de Castilla, Diego Fernández de Córdoba, recibió autorización para levantar una villa y fortaleza en este entorno. De aquel castillo y sus restos en la trama urbana hay que disfrutar junto a una localidad repleta de leyendas, callejas y rincones cantadas por el escritor y diplomático Juan Valera, el sabio egabrense enamorado de Doña Mencía.
LA HISTORIA MÁS LEJANA, EN EL PROPIO CAMINO
Incluso, si el caminante tiene tiempo puede, ya llegando a Doña Mencía, desviarse hacia el Suroeste para visitar la Torre de la Plata (del poblado que antecedió a la localidad) e incluso los cercanos restos del importantísimo yacimiento de El Laderón, o completar la visita ya en Doña Mencía con su no menos relevante Museo Arqueológico, donde se encuentran los dos ídolos ibéricos en piedras con forma de doble hacha de este yacimiento. O perderse por el pueblo y redescubrir los restos de la joya renacentista que fue la Iglesia Vieja, cuyos restos tardaron en ponerse en valor desde el incendio de 1932 que calcinó gran parte del patrimonio artístico de la localidad, y que ahora es un singularísimo complejo que une la historia con un céntrico y popular auditorio al aire libre.