A Francisco Rebollo no lo dejan jubilarse, pero está convencido de que ha llegado el momento de ceder el testigo. No hay causas políticas, ni presiones. Solo la voluntad de dejar paso a quienes vienen detrás. Cuando se presentó a las pasadas elecciones, el socialista anunció que al cumplir la edad, en el 2020, dejaría la Alcaldía. Sin embargo, ha querido estar con la que será su sucesora, María Jesús García, durante 15 meses más y no la dejará sola, ya que cuando tome posesión la que será la primera mujer al frente de la Alcaldía de Valsequillo, Paco Rebollo, como lo conoce todo el mundo, intercambiará su puesto con una mujer en la que, políticamente, tiene gran confianza.

Para el primer edil, desempeñar este cargo «es un orgullo, algo excepcional, he disfrutado mucho y lo he vivido, porque es mi vocación». El secreto de permanecer tanto tiempo en política lo atribuye a que «no he hecho diferencias, he mirado a todos por igual o he tratado de hacerlo, no ha habido ninguna mala intención con nadie» y por ello es consciente de que «todo el mundo, o la mayoría, me quiere, después de tres mandatos, se nota cuando te tienen cariño».

De lo que Rebollo se siente más orgulloso es «del colegio, el consultorio y las urgencias, la iglesia o en el mantenimiento del hotel rural». En este momento tan especial, Paco Rebollo afirma que «lo único que quiero es dar las gracias a mis concejales, mi familia, mis hijos y, especialmente, a mi mujer, que siempre ha estado al pie del cañón».