La Policía Nacional ha detenido en Baena (Córdoba) a un "peligroso delincuente" con numerosas requisitorias judiciales por diferentes delitos muy graves, que se encontraba fugado tras no reincorporarse a prisión.

En 2010, y tras un extenso dispositivo policial, fue arrestado cuando tenía 23 años por diferentes delitos muy graves y por los que al día siguiente la autoridad judicial decretó su ingreso en prisión.

Según ha informado en un comunicado la Policía, tras diez años recluido, le fue otorgado un permiso penitenciario que aprovechó para no regresar a prisión y reiniciar su carrera delictiva.

En el mes enero de este año, los investigadores supieron de la fuga del arrestado, que se encontraba cumpliendo condena en prisión desde el año 2010 y que tenía diferentes penas hasta el año 2034. Aprovechando un permiso penitenciario que le fue concedido a primeros de año no reingresó y desde entonces se encontraba fugado.

El arrestado siempre portaba un arma corta de fuego y la Policía ha destacado "su extrema peligrosidad al no dudar en utilizarla al llegar el caso, algo acreditado por sus mismos progenitores a los que amenazó con su pistola". Además, los investigadores constataron que el huido estaba involucrado en una agresión que provocó heridas por arma de fuego en una de sus víctimas.

Se encontraba ahora pendiente de su detención por su presunta participación en varios hechos delictivos de gravedad y se había convertido en "una persona muy escurridiza que contaba con muchísimos apoyos y ayudas del círculo delincuencial de Jaén". Esto, unido a las extremas medidas de seguridad que tomaba, dificultaba su detención.

Los agentes fueron estudiando minuciosamente cualquier pista sobre su paradero, comprobando cómo se movía continuamente entre Jaén, Córdoba, diferentes zonas de la Sierra de Cazorla y otras localidades. En estos lugares alternaba sus estancias hasta cambiar de lugar al detectar la presencia policial en sus zonas de seguridad.

La principal línea de investigación que utilizaron los agentes se centró en las informaciones que les conducían al inicio de una relación sentimental con una mujer de Jaén, a la que, una vez identificada, los agentes sometieron a una vigilancia discreta, en especial, en sus apariciones por la capital.

En un momento dado consiguieron detectarla cuando tomaba un autobús con destino a la localidad cordobesa de Baena y allí comprobaron e investigaron el domicilio donde se introdujo la mujer, aunque no había rastro ni nada que pudiera evidenciar que el arrestado se encontrara en él. Por ello, los investigadores establecieron un discretísimo punto de vigilancia hasta detectar la presencia en el domicilio del detenido, que ya se encuentra de nuevo en prisión.

Una vez que los investigadores habían acreditado la presencia del arrestado en el domicilio vigilado, solicitaron a la autoridad judicial el correspondiente mandamiento de entrada y registro del domicilio. Dada la extrema peligrosidad del detenido, se estableció un dispositivo adecuado para ello con la participación de los propios investigadores apoyados por agentes del Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES), Seguridad Ciudadana, Policía Científica y el Servicio de Medios Aéreos.