Tras 21 etapas corriendo en solitario los 900 kilómetros que separan la ciudad francesa de Hendaya de Cabra, el egabrense Curro Arcos fue recibido ayer, domingo, al mediodía, en la antigua estación de tren de la localidad cordobesa, por varios cientos de egabrenses.

Un recibimiento con el que quisieron agradecerle haber superado el reto Corriendo por los niños, no sólo como homenaje a todos los emigrantes que en su día lo fueron, al igual que él y su padre, sino también por la destacada recaudación obtenida a través de donativos y venta de dorsales. Aunque aún no ha sido del todo cuantificado, lo recaudado irá en beneficio de la Asociación Borrando Diferencias, cuyo ámbito de actuación tiene como eje a niños con necesidades especiales y también para el pequeño Izan, un niño egabrense a quien a finales del 2015, cuando apenas contaba con 2 años de edad, una meningitis B le dejó graves secuelas en manos y piernas.

Curro Arcos, con 57 años de edad y una discapacidad, a su llegada a Cabra expresó a este periódico que el esfuerzo realizado había merecido la pena, a pesar de algunos momentos difíciles vividos: «He sacado las fuerzas por la gente, sabiendo que hay todo un pueblo detrás y que el esfuerzo ha merecido la pena para mover conciencias», declaró.