Esteban Morales es al alcalde de Puente Genil y preside un equipo de gobierno formado por 10 concejales socialistas a los que aporta la mayoría absoluta el único edil de Ciudadanos en la Corporación. La oposición la conforman 5 concejales más de IU y otros 5 del PP.

-¿Cómo sintetizaría estos dos años de mandato municipal?

-Bueno, hay dos etapas. La pandemia marca, sin duda, la última y en la que estamos todavía. Pero hay otra, tras las elecciones municipales, en la que el escenario político se plantea con incertidumbre porque aún no teníamos el apoyo expreso en el gobierno del concejal de Ciudadanos y, bueno, IU y PP hicieron una especie de bloque común para no facilitar las decisiones que debíamos de tomar. Los plenos eran cada vez más difíciles, muy complicados, era muy complejo tomar algunas decisiones y eso paralizó de alguna manera los primeros meses. Ciudadanos, al final, era el que desbloqueaba esa situación y seguimos trabajando así ese primer año, hasta invitarlo a formar parte del gobierno y que eso nos facilitara una marcha normal. Eso fue en mayo del 2020, cuando entró en el gobierno, que estábamos ya en pandemia y era importantísimo poder gobernar con tranquilidad.

-Ese es el mapa político. Después llegó la pandemia y rompió todas las expectativas, ¿no?

-Claro. Con la llegada de la pandemia tuvimos que hacer una equis en el programa electoral y empezar a improvisar. Realmente estuvimos improvisando los primeros meses porque desde el desconocimiento, la incertidumbre, la falta de información de la autoridad sanitaria... Era una situación desde la propia oscuridad. Estábamos tomando medidas que pensábamos que iban a ayudar a proteger a la población pero que no teníamos ninguna constancia de que eso fuera así. Y en ese momento, precisamente, planteábamos el presupuesto del 2020, que no se había aprobado aún. Fue durante los primeros meses de pandemia cuando se cuajó ese nuevo presupuesto, que ya, claramente, estaba orientado a Servicios Sociales para echarles una mano a las personas que no tenían trabajo, a los autónomos, a aquellos que estaban pasándolo mal. En ese mismo momento, después del presupuesto, firmamos el pacto de gobierno con Ciudadanos, que nos estabilizó políticamente.

-¿A costa de qué otros proyectos se reorientó la gestión municipal para combatir la pandemia?

-Bueno, no sacrificamos ninguno, los hemos pospuesto en todo caso. Lo que sí es verdad es que planificamos cómo podíamos dar una respuesta a esta situación completamente nueva y, por un lado, volcamos los esfuerzos en Servicios Sociales, fundamentalmente. Hicimos una apuesta de casi el triple de lo que suponía en el presupuesto; y por otro lado, hicimos una planificación de pequeñas inversiones con el objetivo de reactivar a las empresas locales. De hecho, casi un millón de euros lo pusimos para distribuirlo entre las constructoras de la localidad para que mantuvieran o crearan empleo. Y esperando con ansiedad que los fondos europeos que nos anunciaban desde el Gobierno de España y la Junta de Andalucía tuvieran alguna llegada a los pueblos. Contamos con la ayuda de la Diputación, que ha sido la Administración que se ha mostrado cercana y colaboradora.

-Una vez superada, o aparentemente, la pandemia. ¿Por dónde van los derroteros del Ayuntamiento de Puente Genil? Porque hay un asunto que ha traído de cabeza a los equipos de gobierno desde hace años, como es el del cuartel de la Guardia Civil y que ya parece que apunta a su fin, ¿no?

-Efectivamente, ahora estamos en un momento de resolución de determinadas cuestiones importantes para la ciudad. Una de ellas es el traslado de la Guardia Civil al nuevo cuartel, que empezó su andadura en el 2004 y que 17 años después está en puertas de solución. Ya estamos esperando la firma del ministro para que se produzca realmente la permuta y zanjemos esa cuestión y la Guardia Civil se traslade a las nuevas dependencias que, desde luego, ofrecerán un mejor servicio para la ciudadanía y para la Guardia Civil que allí viva.

-Y otro asunto que también viene dando mucho que hablar es el del servicio del agua. ¿Asumirá finalmente Emproacsa la gestión?

-Bueno, ahí si teníamos realmente un consenso desde el principio del mandato todos los grupos políticos de que teníamos que recuperar la gestión hacia lo público del servicio de abastecimiento y depuración de Puente Genil. Hemos estado trabajando en esa dirección, para buscar, digamos, primero saber de qué estábamos hablando. Aqualia ha tenido 25 años ese servicio, por lo tanto, necesitábamos esa información. Contratamos un servicio de auditoría para ello y, al mismo tiempo, desde la Diputación se ha trabajado para hacer una oferta desde Emproacsa para ofrecerles sus servicios a aquellos municipios de más de 20.000 habitantes. Es una oferta relativamente personalizada, entendiendo la singularidad de cada uno de los municipios a fin de reforzar con pueblos grandes la empresa pública de la Diputación. Ese es el camino y en ese camino nos hemos encontrado con una especie de molestia de Aqualia, en la que alega una especie de renovación tácita de una prórroga en base a un condicionado del contrato que carece de toda validez desde hace 20 años. En el 2000 se habían modificado legalmente las prórrogas tácitas, que han de ser expresas. Nosotros tenemos claro que la oferta que está a punto de concluir desde Empracsa a Puente Genil va a ser bastante beneficiosa.

-¿Cuáles son las primeras actuaciones que harán a partir de ahora? 

-Pues en primer lugar, culminar las inversiones que estamos haciendo en torno al río Genil y la zona del edificio de La Alianza, que lo queremos recuperar, ahora que va a ser declarado Bien de Interés Cultural y supone un emblema del patrimonio industrial que tiene Puente Genil. En torno al río se harán determinadas obras para hacerlo más visible, solucionaremos también los problemas de los olores y, luego, las inversiones en barrios y aldeas que teníamos programadas y que van a mejorar equipamientos, con parques infantiles, zonas verdes, etcétera.

-¿Se atreve a hacer una previsión de cómo serán los dos años que quedan de mandato?

-Bueno, la esperanza es que sean de un rebote económico importante. Volveremos a tener en noviembre ya con claridad la Navidad de Puente Genil con la iluminación y la llegada de nuevo de muchísimos visitantes, aunque tomando algunas medidas de seguridad, que fortalecerá al sector servicios fundamentalmente. Yo creo que la situación en España será en ese mismo sentido, de un gran rebote económico, que también empujará a otros sectores de Puente Genil, como el agroalimentario o el prefabricado del hormigón. La construcción está ahora mismo empezando a tener bastante trabajo, hay muy pocas posibilidades de encontrar una constructora para las obras en la ciudad y, entre ese motor en la economía que sigue siendo la construcción, la fabricación de maquinaria, tiraremos del empleo. Eso generará una recuperación y esperemos tener números de desempleo por debajo de los de finales del siglo XX.