La firma lucentina Genaq ha crecido en plena pandemia un 50%, desde el pasado año 2020 su presencia internacional superando los 45 países en los cinco continentes. Entre los últimos países que ya cuentan con su solución para resolver el problema de falta de agua potable se encuentran Arabia Saudí, Colombia, Canadá o Benín. Según su CEO, Carlos García, “hemos logrado un crecimiento exponencial dada la necesidad en el mundo de esta solución que permite obtener agua potable pura, testada, certificada y a bajo coste, gracias además al incansable trabajo de todo el equipo que formamos parte de este proyecto tecnológico”, cuya plantilla se ha visto triplicada durante el último año.

Genaq lleva invirtiendo, desde el año 2008, en la investigación, fabricación y comercialización de generadores atmosféricos de agua, ofreciendo al mercado una gran variedad de generadores de agua producidos íntegramente en sus instalaciones ubicadas en Lucena, así como desarrollos personalizados para necesidades específicas. El modo de funcionamiento de los generadores atmosféricos de agua de Genaq “replica el proceso de la lluvia”, explica García. Así, “toman aire del exterior, lo filtran y extraen su humedad. Una vez condensada el agua, sigue un tratamiento especializado para obtener la más alta calidad de agua al menor coste energético”. Todo ese procedimiento se realiza a través de una fuente de energía que puede provenir de la red eléctrica, grupo electrógeno, energía solar o eólica, “logrando en los dos últimos casos que los generadores sean completamente autónomos y sostenibles y, por otro lado, que no tengan prácticamente coste operativo y puedan ser ubicados en situaciones sin acceso a suministro de energía y agua previas”, como explica el responsable de Genaq.

Entre las ventajas de esta tecnología frente a otras alternativas se encuentran “el bajo consumo eléctrico por litro de agua generado, que se traduce en el coste del litro de agua; la alta calidad de agua obtenida, a través de un proceso de seis etapas de filtración de aire y agua, de preservación mediante tecnología ultravioleta y de mineralización; y la fiabilidad del producto, que se asegura mediante definidos procesos de fabricación, laboratorio y control de calidad”. Además, para García es importante destacar que “evitan todo tipo de obra civil, como perforaciones o construcción de redes de distribución de agua ya que el agua se produce en el mismo sitio donde se consume, y son medioambientalmente sostenibles dado que evitan la generación de residuos plásticos y ofrecen una alternativa a la explotación de recursos naturales como acuíferos u otras reservas de agua que no cuentan con una tasa de recuperación acorde a su consumo”.

La solución de Genaq genera agua en función de la humedad existente en el ambiente. En condiciones nominales (30ºC y 80% de humedad) producen, dependiendo del modelo, desde 50 hasta 5.000 litros al día. La variación de la generación de agua para situaciones con temperaturas y humedades diferentes de la nominal es conocida gracias a las pruebas realizadas con los generadores en cámara climática propia, donde se controla la temperatura y humedad, además de medir el agua generada y el consumo eléctrico. “Nuestra cámara climática, diseñada íntegramente por nuestro equipo de ingenieros, es de última generación. Somos la única firma en todo el mundo, dedicadas a la generación atmosférica de agua, que disponemos de esta tecnología tan avanzada. La misma nos posibilita ofrecer al cliente una fiabilidad testada con objeto de que el producto se adapte plenamente a sus necesidades”.

Por último, el Carlos García ha subrayado que “nuestra tecnología permite ofrecer una solución para el problema de acceso al agua potable en todo el mundo contribuyendo, de este modo, a la consecución del Objetivo 6 de la Estrategia de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030: Alcanzar acceso universal y equitativo a agua potable y asequible para todos”. “No podemos ser ajenos a la realidad que nos rodea y el acceso a agua potable debe ser una prioridad mundial. No debemos olvidar que, cada día, alrededor de 1.000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene. En el siglo XXI, esto es intolerable”, ha incidido.