La reserva de burros de Adebo, en Rute, ha acogido varias jornadas de grabación de un equipo que acompaña a Niño de Elche. Unos montajes «que me acompañarán en mi nuevo espectáculo y en el nuevo disco, porque esto es un espacio conservacionista, no conservador, lo que encaja mucho con nuestra filosofía vital», ha reconocido este innovador artista flamenco.

En pleno pinar ruteño, rodeado de 40 burros de Adebo, han grabado imágenes y sonidos, porque «es un espacio sonoro magnífico, es una caja de música». Un material audiovisual que Niño de Elche utilizará en sus próximos conciertos y que acompañarán su último disco, La distancia entre el barro y la electrónica.

Las grabaciones se dieron por finalizadas justo antes de marcharse para Valencia, donde actuó este viernes 7 de mayo, con las entradas agotadas, en el Palau de les Arts. 

El Niño de Elche bautizó a un burrito con el nombre de Excluido. M. PADILLA

Antes de partir hacia Valencia ha bautizado a uno de los burritos de Adebo, al que ha puesto el nombre de Excluido. «Tiene que ver con los apartados, porque todos nos hemos sentido así alguna vez», confiesa Niño de Elche, que ha elegido al burro más viejo de la reserva, con 30 años de edad. Sobre Pascual Rovira, presidente de Adebo, el artista flamenco ha destacado que «es uno de los tipos más especiales que te puedes encontrar, y realmente hay que cuidarlo muchísimo, porque ha creado un lugar mágico».

Una reserva de animales que Pascual Rovira califica del «Serengueti» de la Subbética. Con el burrito Excluido «reivindicamos la hermandad en el cosmos, sin más confín que la vida», ha añadido Rovira, que reivindica «la manada de iguales, en la que el nombre no signifique diferencias, sino ser llamado a comer heno con todos, sin marcas de fuego en la grupa, corriendo feliz en estos montes de Rute»