Pozoblanco está a punto de entrar en su Semana Grande mariana, que culminaría el próximo domingo 7 de febrero con la romería de traída de su patrona, la Virgen de Luna, desde su santuario hasta la iglesia de Santa Catalina. Esta vez la Virgen regresará, pero sin la romería que cada año atrae a miles de devotos. La pandemia, que ha que trastocado la vida de todos, también lo ha hecho con esta fiesta religiosa. Este lunes, cofradía, parroquia de Santa Catalina, Ayuntamiento y Guardia Civil decidirán cómo se hará el traslado, así como las actividades y cultos en torno a la Virgen. Ya se sabe que el pregón de la fiesta, que iba a pronunciar Juan Bautista Escribano el próximo viernes 5 de febrero, ha quedado aplazado hasta que la situación sanitaria lo permita.

Así, en medio de este panorama, surge una noticia que, sin duda, puede contribuir a sobrellevar estos días grises para los ciudadanos. Llevando a nuestro terreno las palabras de Neil Armstrong, el comandante del Apolo XI, cuando pisó la superficie de la Luna en 1969, hoy hablamos de lo que podría ser una pequeña historia para la NASA pero una gran historia para Pozoblanco y la cofradía de la Virgen de Luna. Y es que, después de que hace unos meses, gracias al interés divulgativo del profesor Herminio Rodríguez Pozo, volviera a la actualidad la correspondencia que el secretario de la cofradía de la Virgen de Luna de Pozoblanco, Felipe Sánchez, mantuvo con representantes de la Nasa en España y con los astronautas del Apolo XI y el Apolo XVII, ahora este profesor desvela el trabajo que está realizando para unir definitivamente el nombre de la cofradía de la Virgen de Luna y Pozoblanco al mundo de la ciencia a nivel mundial. «La NASA está interesada en acoger en sus archivos históricos una copia de aquella correspondencia», cuenta el profesor, «lo que significaría sin duda un gran hito para Pozoblanco».

Para ello, ha enviado un dossier que contiene, en primer lugar, una petición expresa en nombre de la cofradía para que la célebre historia recaiga por derecho propio en la dilatada y exitosa trayectoria de la Administración Espacial Americana. Además, se incluye una mención a la localidad de Pozoblanco, cofradía, la repercusión mediática de la historia y los apoyos recibidos.

En estos meses, el profesor Rodríguez Pozo ha puesto la historia que envuelve a estas cartas en conocimiento de ministros del Gobierno español como Margarita Robles y Pedro Duque, además de otras personalidades como la directora de la Fundación Princesa de Asturias, miembros de Naciones Unidas, el Vaticano o la misma Casa Real española. Esto le ha valido el reconocimiento de todos ellos por la puesta en valor del patrimonio histórico y cultural, relacionándolo con los avances científicos más punteros de nuestra era.

En este contexto, Herminio Rodríguez ha logrado captar el interés de Adriana Ocampo (geóloga planetaria, directora de Proyectos Científicos NASA y una de las 50 mujeres más influyentes en el mundo de la ciencia, actualmente embarcada en el lanzamiento de una misión a Júpiter en octubre de este año). Ella se ha implicado en esta historia de tal manera que ya ha expresado su deseo de visitar Pozoblanco para conocer de primera mano esta historia, y sellar esta entrañable relación trayendo algunas de las míticas semillas del Apolo 14 que viajaron al espacio para experimentar con ellas.

El profesor Herminio Rodríguez Pozo, con el documento. CÓRDOBA

Toca esperar la decisión final del director de la División de Historia de la NASA, Brian Odom, que ha mostrado su interés, complementando en gran medida la importante colaboración que siempre ha tenido España con la NASA, en todo lo concerniente a la exploración espacial.

El profesor Herminio Rodríguez Pozo ha señalado que «siempre he querido, con el beneplácito de la cofradía, que esta historia del patrimonio cultural y científico de Pozoblanco tenga el reconocimiento que se merece por parte de autoridades y grandes instituciones del ámbito científico, y la NASA es una de las más importantes a nivel internacional. Asimismo, es la otra parte que faltaba por manifestarse y actualizar esta historia, la cual, si se sabe aprovechar proponiendo iniciativas sostenibles, atrayentes y significativas, posee un gran potencial para inspirar a las nuevas generaciones jóvenes, en su interés por la ciencia y tecnología, diciendo mucho de cualquier sociedad que quiera mirar al futuro y progresar».