La Delegación de Fomento, Infraestructuras, Cultura y Ordenación del Territorio ha autorizado la actividad arqueológica urgente en la necrópolis ibérica de los Collados de Almedinilla (Córdoba), vinculada al poblado ibérico del Cerro de la Cruz.

Según informa la Junta de Andalucía en una nota, desde el siglo XIX se tiene constancia de este asentamiento con la localización de 253 tumbas, pero no se dejó constancia exacta de su ubicación. Tampoco pudo ser localizada en 1903 como consecuencia de una prospección arqueológica superficial.

En abril de este año, tras autorización de la Junta, se ha podido identificar su ubicación exacta gracias a la localización de materiales cerámicos propios de una necrópolis así como diversos materiales metálicos, también con una clara vinculación con el ajuar funerario típico de la época ibérica.

El yacimiento fue localizado a escasa profundidad, entre 0,15 y 0,2 metros de profundidad, junto con una zona de concentración de cenizas y un muro de piedra seca que delimita el promontorio por el oeste.

Como ha informado la delegada de Cultura, Cristina Casanueva, "la zona en la que se va a intervenir se localiza en el entorno de la Zona Arqueológica del yacimiento del Poblado Ibérico del Cerro de la Cruz, declarado Bien de Interés Cultural desde el año 2002".

La delegada ha destacado que "los objetivos de la intervención son la protección de posibles expolios de los restos localizados y no excavados en la reciente prospección arqueológica superficial" y "documentar con metodología arqueológica los posibles enterramientos y estructuras asociadas de cara a su análisis espacial y cronológico en relación con los yacimientos circundantes, Cerro de la Cruz y Los Castillejos".

Igualmente, entre los objetivos se encuentra "el estudio de cronologías; sentar las bases científicas para un futuro proyecto de Investigación, así como ampliar el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural".

El proyecto plantea la excavación puntual de los depósitos votivos y posibles tumbas, cinco cortes de tres por tres metros que podrían ser ampliados en función de los resultados obtenidos hasta llegar a suelo estéril, calculado a medio metro por debajo de la tierra.

Si en el curso de la actividad se localizaran nuevos materiales arqueológicos en riesgo de posible afección, se podrían realizar cinco cortes más de las mismas características que los planteados, no excediendo el total de diez cortes, así como la limpieza y documentación mediante la realización de una excavación en trinchera del muro de aterrazamiento realizado con la técnica de piedra seca, que delimita el cerro por su parte norte y que pudo estar relacionado con obras de acondicionamiento de un espacio funerario.