Los trabajos que se realizan este verano en el yacimiento arqueológico La Beleña, en Cabra, y las investigaciones en laboratorio puestas en marcha meses atrás podrían ser decisivas en la configuración de uno de los estudios más importantes sobre la población en la Península en torno al cuarto milenio A.C. El yacimiento se configura como una necrópolis única hasta el momento en la Península Ibérica.

La directora de la excavación, Dolores Camalich, profesora titular de Prehistoria de la Universidad de La Laguna (Tenerife), ha dado a conocer diversos aspectos de esta tercera fase de los trabajos que se desarrollan durante este verano. Así, están en marcha estudios de ADN y de isótopos estables, trabajos que ha asumido el Proyecto Iberia, la parte más delicada y costosa, y un trabajo que se realiza por científicos altamente especializados, a desarrollarse en Suecia en colaboración con la Universidad de Melbourne (Australia).

«Hemos logrado incorporar La Beleña a un proyecto europeo que va a enriquecer sustancialmente el impacto internacional de los trabajos que se realizan en el yacimiento», explica Camalich, que destaca como otro aspecto fundamental «la colaboración total de los propietarios de los terrenos donde se ubica el yacimiento, dado que incluso los propietarios han financiado algunos de los estudios que se están realizando».

Hasta el inicio de esta tercera campaña de trabajos, el equipo investigador ha encontrado restos humanos de unos 50 individuos. Las previsiones es que una vez avancen las tareas sobre el terreno se obtengan restos de unos 200 individuos, habida cuenta de que existen evidencias de una treintena de posibles enterramientos en la zona. La planificación establece trabajos de campo hasta el año 2019, periodo en que se calcula que podrán ser excavadas de 10 a 12 sepulturas. El estudio de los restos humanos puede permitir establecer un perfil de la población enterrada en la necrópolis de La Beleña, con aspectos como su procedencia, alimentación, diferencias sociales, relaciones filogenéticas, etcétera. Para Camalich, una de las grandes excepcionalidades de los enterramientos del yacimiento de La Beleña es que «las sepulturas están intactas, tal y como fueron cerradas cuando se depositaron los restos humanos en ellas».

La financiación de los trabajos de campo corre a cargo del Ayuntamiento de Cabra, pero otras intervenciones paralelas fundamentales cuentan con otras ayudas obtenidas por el equipo de investigación de la Universidad de la Laguna que desarrolla los trabajos y las investigaciones. En este sentido, se incluye la ayuda del Ministerio de Economía, con el que se ha sufragado las seis analíticas que han permitido una datación absoluta y precisa del yacimiento.

Según los análisis realizados en el yacimiento, éste puede datarse entre el 3.400 y 3.000 AC. Se trata de las evidencias más antiguas de este tipo de espacios funerarios existentes hasta el momento en la Península Ibérica, según la directora de la excavación. No es la primera excavación que se realiza en la zona, ya que en la década de los 70 del siglo pasado se encontraron los primeros restos y se realizó una primera intervención.