Ni el frío ni la niebla de primera hora de la mañana impidieron ayer a miles de romeros hacer el camino para llegar hasta el santuario de la Jara, donde la Virgen de Luna esperaba a sus devotos para volver a hombros a Pozoblanco. En esa localidad de Los Pedroches va a permancer los próximos 105 días y será el domingo de Pentecostés cuando la imagen regrese a su ermita. Unas cien personas velaron para que todo se desarrollara con normalidad en un día en el que la llegada de personas al santuario fue constante, bien a pie, en coche particular, en autobús, a caballo o en carrozas. Este año, el Ayuntamiento ha promovido el uso de estas últimas y se han inscrito 40 para participar en el concurso organizado. La desapacible climatología de las primeras horas dio paso a un espléndido día en el que el sol y la temperatura agradable fueron la tónica. La campana de la ermita no dejó de sonar como marca la tradición, mientras pasaban decenas de personas por el interior del templo para rezar y contemplar la imagen de la patrona de Pozoblanco.

La emoción protagonizó numerosos instantes de la fiesta romera, como el que se vivió en la eucaristía en el momento de reconocer con la medalla de oro por sus 50 años como cofrades a Antonio Ballesteros y a Andrés García. Ballesteros vivió una jornada dulce porque su nieto Alfonso juró bandera como nuevo cofrade. También se entregaron dos medallas por los 25 años de servicio a la cofradía a Pepe Luis Sánchez y Pedro Salamanca.

La Virgen, que salió del santuario a las tres de la tarde, llegó pasadas las seis y media al arroyo Hondo, donde los niños le ofrecieron el popular hornazo, formado por una torta con huevos de colores y pequeñas figuritas de azúcar o chocolate. Tras recibir las llaves de los sagrarios de Villanueva de Córdoba y Pozoblanco de manos del capellán de la cofradía en lugar de las del alcalde, como ha sido habitual en las últimas décadas, la imagen siguió en procesión hasta llegar al Ayuntamiento. Allí el primer edil, Emiliano Pozuelo, le entregó el bastón de alcaldesa perpetua de la localidad que acaba de ser restaurado. Entró en la parroquia de Santa Catalina entre los aplausos de sus devotos y los salvas de los cofrades. Hoy, fiesta local, la Virgen procesionará por las calles del municipio. Ayer la imagen del niño estrenó un traje hecho de bolillos y hoy estrenará otro traje, zapatos y la corona, al igual que la imagen de la Virgen que también lucirá un nuevo cetro, regalo del Ayuntamiento.

El profesor de Universidad Evaristo Ballesteros, natural de Pozoblanco, pregonó el sábado por la noche la romería de la Virgen de Luna en el teatro El Silo.