El campo de fútbol de la aldea de Puebla de la Parrilla, en Hornachuelos, se muestra como un improvisado vertedero donde se amontonan escombros, chapas metálicas, árboles, ramas y enseres destrozados por el paso del tornado. Esta es la primera estampa que se ve al llegar al antiguo poblado de colonización. Mientras, en la plaza, una cinta de precinto policial impide circular por ella para evitar daños por la caída de ramas o tejas.

Ayer, los vecinos seguían afanados en recomponer sus casas --según las estimaciones de los peritos del Ayuntamiento, veinte viviendas resultaron afectadas--. Y el Ayuntamiento sigue presente desde el primer momento ofreciendo su ayuda, dedicando todos los efectivos municipales a la tarea de desescombro y limpieza, además de contratar varias empresas que colaboraron en distintos trabajos.

Juan Francisco López Sanz, delegado de la Alcaldía de Hornachuelos en la aldea, ha afirmado que, de las viviendas afectadas, la mayoría no cuentan con seguro, como es el caso de Antonia, cuya casa es posiblemente la más afectada al haber perdido completamente el tejado. Por ello, las reparaciones supondrán un duro golpe para las economías familiares, ya de por sí maltrechas por la actual crisis que ha dejado en paro a muchos de sus miembros. En estos casos son los propios vecinos quienes ya han iniciado el proceso de reconstrucción de sus hogares.

El propio alcalde pedáneo también ha sufrido en su casa y su taller los efectos del tornado. Sin embargo, en las caras de los vecinos se refleja la tranquilidad por la ausencia de daños personales, que hubieran sido más difíciles de restablecer.