En lo que va de año se ha producido en Lucena un notable descenso del número de inmigrantes. Fuentes consultadas al respecto han puesto de manifiesto que ello se debe fundamentalmente a la crisis económica, debido a la cual estas personas no encuentran un empleo. La situación hace que buena parte de ellos hayan optado por marcharse a otros puntos de la geografía nacional o incluso retornar a sus países de origen.

Según datos ofrecidos por la delegada de Servicios Sociales, María del Carmen Aguilera, actualmente son 2.580 los inmigrantes censados en Lucena, de los que 774 son rumanos, 458 marroquíes, 355 colombianos, 222 ecuatorianos, 155 búlgaros y 139 argentinos. Hay que tener en cuenta que a estas cifras se han de añadir otras 2.000 personas extranjeras, aproximadamente, que no se encuentran inscritas aún en el censo.

Sin embargo, el descenso de inmigrantes no ha reducido proporcionalmente las necesidades de atención que precisa este colectivo, ya que muchas de las personas que lo integran son las primeras en padecer los efectos derivados de la recesión de la economía. En este sentido cabe destacar que, un año más, durante el mes de agosto han cerrado sus puertas los servicios de Cáritas de la distintas parroquias de la localidad. Esto no significa que las personas se hayan quedado sin ayudas, dado que, también, como suele hacerse todos los años, durante el mes de julio se llevó a cabo una distribución más amplia de lo habitual a quienes dependen de estos servicios y en previsión de las necesidades que pueden producirse en esta mensualidad.

Cáritas atiende a centenares de estas personas, para lo cual cuenta con un solidario equipo humano en cada uno de los cuatro centros parroquiales. En cada una de ellas predominan personas procedentes de un área distintas del mundo. Si en alguna son mayoría los africanos, sobre todo magrebíes, en otra hay más latinoamericanos y en otras abundan los rumanos y ciudadanos del resto de los países de la Europa del Este. En definitiva, se trata de personas de distintas nacionalidades pero que demandan ayudas comunes para lograr su sustento diario.