La providencia divina, como expresaba a Diario CORDOBA el párroco de la iglesia de los Remedios, José Burgos Serrano, hizo que en la mañana de ayer domingo la celebración prevista de las primeras comuniones no acabase en tragedia humana.

A las once y diez de la mañana, el desplome de la bóveda de la nave lateral izquierda existente junto al crucero dejaba al descubierto un boquete de unos tres metros de diámetro justo sobre la capilla dedicada a la Virgen de Fátima. La ausencia de personas en esos momentos en el interior de la iglesia evitó mayores daños, quedando destrozados varios bancos y parte de la capilla de la Virgen.

La caída de la cubierta y de la techumbre ocurrió en el intervalo comprendido entre la finalización de la misa de 10.30 horas y el comienzo de la ceremonia de primeras comuniones, prevista para las 11.30 horas, lo que provocó que éstas se trasladaran a la capilla del Asilo de Ancianos tras el nerviosismo y la incertidumbre que se creó entre las familias de los menores que se encontraban a las puertas del templo, a la espera del comienzo de la ceremonia.

RESTAURACION El párroco explicó que precisamente hacía unos días había mantenido conversaciones con una empresa constructora de la ciudad para que comenzara las obras de restauración de esa zona del techo el próximo junio, tras la coronación pontificia de la Virgen de la Sierra, patrona de la ciudad, que tendrá lugar el 4 de junio.

"Habíamos visto que había una viga apuntalada, luego, aunque no quiero pensarlo, se ha producido precisamente en la zona en la que estaban las velas de la Virgen de la Sierra, que ha estado aquí una semana", señaló el párroco.

En abril del año 2001 este templo ya sufrió otro desplome en la cubierta externa de parte de la nave lateral derecha. En aquel momento fue debido a las intensas lluvias que habían caído semanas antes, aunque no provocaron daños en las bóvedas del interior del templo, quedando afectada solamente la cubierta externa de la iglesia.

La zona afectada sufrió la última reparación en los años cuarenta del pasado siglo XX, habiéndose detectado hace algún tiempo que se encontraba en mal estado. Aunque no hay un presupuesto determinado, el coste estimado de la obra antes del desprendimiento de la bóveda rondaba los 30.000 euros, cifra que se verá incrementada notablemente tras este suceso.

El párroco espera, igual que en ocasiones anteriores, la colaboración de las cofradías y de los egabrenses en general.