Los vecinos de Casas Viejas han presentado un escrito en el Ayuntamiento y remitido unas 2.000 firmas a la Delegación de Obras Públicas para poner de relieve la peligrosa situación que desde hace tiempo vienen padeciendo a la hora de cruzar la N-331 e incorporarse al pueblo. En el escrito solicitan a ambas instituciones que realicen las gestiones necesarias para reubicar o cambiar un semáforo de regulación de velocidad ubicado en este lugar y que, según Purificación Moreno, portavoz de estos vecinos, "ha provocado ya 6 muertes y numerosos accidentes graves durante los últimos 12 años, ya que los conductores no lo respetan aunque esté en rojo". El último accidente tuvo lugar el pasado mes de junio, resultando gravemente herido Miguel Fuillerat, vecino de esta barriada, que pocos días después fallecía, tras un coma.

En su escrito solicitan que se haga un estudio de la zona, colocando, si fuera posible, bandas sonoras o una glorieta.