Reportaje

100 años de cruces en Córdoba, muchos más de tradición

La celebración de esa tradición cordobesa entronca con las fiestas de la primavera romanas que cristianiza la Iglesia en torno a la festividad de la cruz

En Córdoba fue el Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena el que recuperó la fiesta en los felices años 20 del pasado siglo

Las Cruces de Mayo a través de la historia

Diario CÓRDOBA

Irina Marzo

Irina Marzo

Las Cruces de Mayo de Córdoba celebran esta primavera 100 años con una nueva explosión de flores y alegría que en esta edición se distribuirán por 46 rincones de la ciudad. No obstante, la fiesta centenaria hunde sus raíces muchos siglos atrás, «a partir de la conquista cristiana», en ciudades como Córdoba o Granada, según explica el cronista de la ciudad, Julián Hurtado de Molina. Es en aquellos momentos «cuando empieza a celebrarse la fiesta de la cruz, que no es otra cosa que el triunfo de Jesucristo sobre la cruz, y se hacía coincidir con las fiestas de primavera y el mes de mayo, tiempos ligados al campo y la agricultura».

En ese contexto, en varios barrios de Córdoba se celebraban actos religiosos para bendecir las cosechas, como los que se hacían en San Lorenzo en torno al Cristo del Calvario -«que hasta tenía un brazo articulado para bendecir y se llevaba hasta el Marrubial»-y en el Alcázar Viejo, con Nuestro Padre Jesús de la Pasión, conocido popularmente como el Cristo de los hortelanos. «Pero incluso aquellas fiestas de primavera no son sino celebraciones cristianizadas por la Iglesia que hunden a su vez sus huellas en la época romana», afirma el cronista para quien la costumbre de celebrar el inicio de la primavera se ha ido manteniendo y evolucionando al compás que lo ha hecho Córdoba, pasando de ser una sociedad agrícola a una sociedad más urbana. «Así la fiesta de la cruz ha ido adquiriendo connotaciones cada vez más festivas que religiosas», argumenta.

Algunas cruces del año 1926.

Algunas cruces del año 1926. / CÓRDOBA

Hay constancia de la celebración de las cruces en el siglo XVII. José María Valdenebro en su libro La imprenta en Córdoba reproduce un romance de 1632 en el que se plasma la celebración de la Fiesta de la Cruz en los patios de vecinos.

El cronista de la ciudad considera, además, que el regreso de las cruces a principios del siglo XX se enmarca dentro de la puesta en valor de las tradiciones y de la regionalización que se vive en España y que tuvo su onda expansiva en la arquitectura y el arte. En Andalucía ese regionalismo consistió en la renovación de un pasado artístico «glorioso», que en Sevilla y Córdoba se tradujo en el estilo neomudéjar, característico por el abundante uso del azulejo, siendo en la arquitectura Aníbal González su máximo exponente (huella de este estilo en Córdoba es el Rectorado de la UCO). «Se puso de moda lo arábigo, lo mudéjar, lo moruno... habría que enmarcar ahí las remodelaciones de la Mezquita-Catedral realizadas por Velázquez Bosco o los primeros estudios fotográficos de la ciudad Rafael Señán y Rafael Garzón». En ese contexto es donde sitúa Hurtado de Molina el resurgir de las cruces en los felices años 20.

Cruz de la plaza de San Lorenzo, en 1960.

Cruz de la plaza de San Lorenzo, en 1960. / RICARDO

Quizá el pecado original, aquel 1º de Mayo de 1924, fue del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena que organizó una cruz en el patio de su sede social recuperando una tradición que había caído en desuso y que había vivido momentos de auge allá por el siglo XVII. «En el acervo tradicional de folklore cordobés, las fiestas de las cruces de mayo existían y con personalidad propia, pero igualmente hemos de considerar que hasta 1924 estaba en franco retraimiento y declive», asegura el profesor de Historia Jesús Padilla en su estudio sobre las cruces de Córdoba. La del centro Filarmónico la hizo el escultor José Fernández Márquez y se situó en el número 2 de la plaza de Jerónimo Páez, donde también se organizó una tómbola para animar la velada. Ese mismo año, según recogen las crónicas, el mismo Cristo de los Faroles se convirtió también en cruz de mayo, al ser engalanado con lucecillas de papel, al igual que el resto de la plaza de Capuchinos, donde actuó la banda municipal hasta llegada la madrugada.

Cruz de la Puerta Sevilla, en 1965.

Cruz de la Puerta Sevilla, en 1965. / RICARDO

Si ese fue el despertar de las cruces, el año de la consolidación fue 1925 cuando el alcalde de la ciudad, José Cruz Conde, organizó una especie de concurso de cruces para animar a la participación, según constatan los periódicos de la época. Padilla atribuye al periodista y escritor Rafael de Montis la autoría de aquel concurso que ha durado, con años de sequía, hasta hoy. El primer año se montaron una veintena de cruces, algunas de colectivos sociales y otras en los patios de domicilios de particulares, donde los mismos vecinos se encargaron de engalanar la cruz (entonces normalmente con flores del propio patio y con un sudario) y el patio. Es ahí donde se enlazan las dos tradiciones del Mayo Cordobés, las cruces y los patios, que fueran una sola hasta mediados de siglo XX. «El alcalde que suscribe de acuerdo con lo propuesto por la comisión de señores concejales y el asesor artístico de éste Excmo. Ayuntamiento propone a V. E. la creación de un premio de 75 pesetas que será adjudicado a la cruz instalada en la calle Ocaña 1, por la Sociedad Juventud Recreativa, dos de 50 pesetas para la de la calle de Manriquez 6 y Plaza de Colón 40, y 4 de 25 pesetas para las de la calle Zarco 1; Buen Pastor 17; Gutiérrez de los Ríos 19 y San Basilio 36, cuyos premios en total suman 275 pesetas que deberán ser satisfechos con cargo a la consignación que corresponda del vigente presupuesto», recogía la primera acta.

Varias niñas vestidas de gitana en una cruz en 1945.

Varias niñas vestidas de gitana en una cruz en 1945. / CÓRDOBA

Pese a aquel inicio exitoso, la irrupción de la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura hacen que en los 40 fueran muy pocas las cruces expuesta. A finales de esa década y en los años 50 solían montarse en los recintos de los cines de verano como el Delicias, Cinema España, Avenida o San Cayetano. Por fin en 1953, el Ayuntamiento dio carta de oficialidad al concurso, y un año más tarde, en 1954, las cruces se independizaron de los patios alcanzando ambos autonomía plena hasta hoy.

Una de las primeras fotografías en color de las cruces en 1962.

Una de las primeras fotografías en color de las cruces en 1962. / CÓRDOBA

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