Solidaridad vecinal y policial

Juani, agradecida y motorizada otra vez

Una vecina del Guadalquivir recibe un regalo de la policía local que le ha permitido volver a salir de casa

Juani con su silla eléctrica nueva.

Juani con su silla eléctrica nueva. / CÓRDOBA

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

La Policía Local de Córdoba ha hecho feliz a una vecina del barrio del Guadalquivir que llevaba meses encerrada en casa por problemas de movilidad. Se llama Juani Izquierdo y tiene 66 años. Durante años, trabajó en el hospital militar de Madrid hasta que se jubió a raíz de una operación de corazón. En 2017, sufrió una doble infección que la dejó en coma durante tres meses en el hospital. «Tengo reconocido un 65% de discapacidad, pero estoy pendiente de que me vuelvan a valorar porque estoy peor», confiesa.

Cariñosa y de carácter afable, hace un año que se le rompió la moto que tenía (así llama ella a su cochecito adaptado) y desde entonces dependía del favor de los vecinos, que la han ayudado muchas veces con la compra y otros recados, y de uno de sus tres hijos, que pasa algunas temporadas con ella en Córdoba. Los otros dos viven fuera. Agobiada por la situación, hace unos días llamó al presidente de la asociación La Mirada del Sur para contarle su situación y pedir ayuda. «Manolo me dijo que iba a ver qué se podía hacer y a los pocos días han venido a traerme la moto nueva, estoy contentísima, esto me ha dado la vida», asegura. Al parecer, según Manuel Sierra, hace meses un policía local le dijo que tenían en la comisaría una de estas sillas eléctricas por si conocía a alguien que pudiera servirle. «Cuando recibí la llamada de Juani, llamé inmediatamente y aún estaba allí», explica, «ha sido una suerte porque llevaba meses sin poder salir, verla otra vez por la calle es una alegría para todos».

Una persona que se hace querer

Y es que Juani es de esas personas que se hacen querer, aunque haya tenido golpes de mala suerte. «No he podido arreglar la avería de mi moto porque los ahorros que tenía, 1.500 euros, me los robó la muchacha que venía cuando estuve enferma», recuerda, «lo denuncié, pero todavía no ha salido el juicio». Tampoco ha tenido suerte con los amores, asegura. «Yo soy viuda del padre de mis hijos», explica, «fui a lo de Juan y Medio y me salió una pareja, pero fumaba mucho y yo tengo malos los bronquios». 

"La abeja maya"

Su motillo le ha devuelto la alegría y está feliz y contenta. Vuelve a ser «Juani motorizada, la abeja maya digo yo», bromea, «mi hijo me dice que me ponga casco, pero no corro tanto, lo pongo a la mitad y aviso ¡que viene el peligro!».

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