Entrevista | Rafael Guzmán Escritor de 'Tu cuerpo, tu hogar'

"Todas aquellas emociones que no son expresadas, nos van a enfermar"

El director de la clínica cordobesa Metódica presenta su nuevo libro

El escritor de 'Tu cuerpo, tu hogar' posa con su libro.

El escritor de 'Tu cuerpo, tu hogar' posa con su libro. / Manuel Murillo

María José S. Guardiola

María José S. Guardiola

Tu cuerpo, tu hogar es el libro que presenta Rafael Guzmán García (Ciudad Real, 1972), licenciado en Kinesiología y Fisiatría, y con más de 25 años de experiencia clínica, donde muestra que no existe mejor medicina preventiva y resolutiva que la modificación de hábitos nocivos. El director de la clínica cordobesa Metódica explica los cambios que cada persona debe realizar para contar con un estilo de vida más saludable.

-¿Por qué decidió escribir este libro?

-El principal motivo es para intentar ayudar a la gente a tomar conciencia de cuáles son aquellos hábitos que nos pasan desapercibidos, que no son los que estamos acostumbrados a escuchar por la calle, como el beber o fumar es malo. Pero luego hay otros hábitos subconscientes, que no echamos cuenta de ello y que impacta negativamente sobre la salud. Después de llevar más de 20 años pasando consulta, sobre todo con pacientes con patología crónica, me he dado cuenta de que en torno al 90% de esas patologías, la causa primaria es un conjunto de hábitos nocivos, patológicos que hacen que se expresen unos genes y se silencien otros, y eso da lugar a una patología. Entonces la funcionalidad del libro es ayudar a la gente a que tomen conciencia de esos hábitos. Enseñar cómo funciona nuestro cuerpo, nuestro organismo y enseñarle cuáles son las estrategias o los hábitos de vida que tienen un mayor impacto sobre nuestro material genético. Por lo tanto, sobre la enfermedad, la salud y la longevidad.

-Muchos de esos hábitos los hemos escuchado en alguna ocasión como beber agua, descansar... ¿Por qué cuesta tanto llevarlo a la práctica de forma constante? 

-Cuesta tanto trabajo porque nos dejamos llevar por una sociedad donde prevalece el materialismo en primera instancia, es una sociedad totalmente artificial y una sociedad que le ha dado la espalda a la naturaleza y que no sigue las leyes fundamentales de la especie humana. El problema que tenemos es que hemos normalizado y empoderado esas costumbres. A nadie se le pasa por la cabeza el pensar que el ocio nocturno tenga un impacto en la esperanza de vida humana; que el acostarme frecuentemente a las 03:00 viendo series de Netflix me puede generar una infertilidad o me predisponga un 40% más al cáncer, o se me incremente en un 200% la posibilidad de sufrir un accidente cardiovascular por quedarme viendo películas. Nadie se para a pensar que la luz artificial que emite mi teléfono móvil y que paso horas y horas con él delante de mi cara y mi cuello, me está haciendo envejecer la piel de la cara y me está afectando a la función de mi glándula tiroides. Tampoco reparamos que hacer deporte una vez que se ha ido la luz solar es más dañino que beneficioso, o que cenar a las 22:00 de la noche es como si cogieses un avión y te fueses a un país con otro huso horario porque genera un jetlag literalmente. Son una cantidad de hábitos que no conocemos y que están día a día impactando sobre nuestra salud y hace que estén los hospitales como están, a día de hoy han muerto más de un millón de personas con cáncer este año.

-¿Cómo le puede llegar esta información a la población?

-Por eso me decidí a aportar mi granito de arena con este libro. Todo está argumentado científicamente y he tardado más en sacarlo a la luz porque he querido argumentarlo y utilizar una terminología que llegue a todos los rincones de la sociedad. Pero bueno, es un libro en el que doy estrategias sumamente económicas. No estoy hablando de implementar una alimentación cara ni tener que utilizar unos dispositivos súper caros. Lo que estoy hablando es volver a una vida ligeramente ancestral, primitiva, que fue la que fraguó en nuestros genes. Entonces hago recomendaciones como caminar por la playa, caminar descalzo en un parque, estar en contacto con la luz solar, dormir sin pijama para que tengamos contacto piel con piel, respetar la hora de sueño nocturno, comer tres veces máximo.

-¿Lo recomendable no son cinco comidas?

-No, no son cinco. Cuando me preguntan por el ayuno intermitente, pienso que es como si me preguntaran ¿Te parece bien que durmamos? Porque el ayuno viene implícito en el ser humano. Jamás el ser humano ha comido cinco veces al día. Nuestros genes se han fraguado en el déficit de energía absoluto. Por lo tanto, comer cinco veces es ir en contra de lo que nuestros genes esperan recibir, sobre todo cuando no hay un gasto calórico. Una persona que se levanta, coge el coche, va a una oficina, se sienta y en ese periodo de tiempo ya ha consumido 800 kilocalorías. Ahí hay un problema, no hay un equilibrio en la cuenta del debe y el haber de kilocalorías. Eso se paga porque nos estamos saltando una ley, evidentemente. 

-¿Si una persona está pasando por depresión o tiene problemas de salud mental, también puede aplicar estos hábitos?

-La farmacología ahí es sumamente necesaria y se utiliza para sacar a ese paciente del agujero. Pero en paralelo hay que ir implementando hábitos de vida que han sido los que posiblemente han ocasionado ese problema. Porque una persona que viene con depresión sabemos que tiene una alteración bioquímica en sus niveles de serotonina y dopamina principalmente. Entonces se pueden asesorar a ese paciente para que implemente actividades o estrategias para incrementar la serotonina. Por ejemplo, tomar el sol, dar un abrazo, una caricia, tomar una sauna, tener un microbioma adecuado, eso genera el 95% de nuestra serotonina. Si tú no duermes bien cuando alguien está sufriendo un duelo por la pérdida de un familiar o una ruptura sentimental, ese duelo se sobrelleva y se supera si dormimos profundamente, porque cuando entramos en fase de ensoñación profunda hacemos una cosa que se llama la poda sináptica, y es que empezamos a solventar ese duelo emocional. Esa frase del tiempo va a nuestro favor. No, no es el tiempo, es el tiempo que estás durmiendo en fases de sueño profundo.

-Mantener la calma y potenciar los buenos sentimientos, ¿tiene beneficios para la salud?

-Se sabe que en torno al 85% de todas las enfermedades, su causa primaria es un conflicto psicoemocional. Entonces, todas aquellas emociones que no son expresadas, nos van a enfermar. El sentimiento de culpa o de ira son sumamente negativos porque tienen un fundamento bioquímico. Todos nuestros sentimientos, nuestras emociones generan unos principios que son los péptidos de las emociones, y son sustancias químicas que bombardean nuestras células y que inducen un cambio químico en nuestro organismo. Entonces, un pensamiento puede generar una alteración de mi sistema nervioso neuro vegetativo. Absolutamente. Por eso hablo del mindfulness, porque nos hace que nos arraigamos al presente. Y cuando nos acercamos al presente, nuestra cabeza no está errante en pensamientos negativos del futuro ni del pasado, y eso es un atajo hacia la salud. 

-¿Estos hábitos pueden prevenir enfermedades como el cáncer?

-Las últimas publicaciones que hay con respecto a esto se habla de que en torno al 55% de los tumores son prevenibles modificando los hábitos de vida. Yo me atrevo a decir que mucho más. Casi el 90% de los tumores su causa es adquirida, el cinco o 10% es de origen genético primario germinal. El resto es adquirido por malos hábitos de vida. Es verdad que hay tumores que están ocasionados por microorganismos, virus y bacterias que inducen tumores. Podemos luchar contra esto si tienes un sistema inmunológico bien modulado y bien regulado, eso depende de como duermas, el ejercicio que hagas o como comes, por lo tanto, en cierta medida se puede prevenir.

-Con estos porcentajes, ¿le da vértigo pensar en el futuro?

-A mí me da vértigo. Ahora mismo tenemos un porcentaje alto, pero las previsiones son terribles. Las previsiones son que en la próxima década o dos décadas, se va a incrementar en un 70% el número de tumores. Es una auténtica barbaridad. En Reino Unido estamos hablando ya del 51% de la población.

-En el libro relaciona el estrés de la mujer embarazada con la posible obesidad del bebé en sus primeros años de vida ¿Cómo es esto?

-Sabemos que los niños cuyas madres han sufrido situaciones de estrés psicoemocional o físico durante la gestación, la distribución de los receptores para el cortisol, que es una de la hormona del estrés que fabrica el bebé para defenderse de ese bombardeo de cortisol que le llega a través del cordón umbilical, esa distribución de los receptores ya no es perfecta. Entonces, cuando el niño nace ya viene con una programación anómala para las hormonas del estrés. Las hormonas del estrés regulan nuestro gasto calórico. Por lo tanto, un niño que viene así programado, está predestinado a tener o sufrir obesidad, o problemas metabólicos. 

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