Comienza por fin la mayor intervención en el Templo Romano desde los años 50

La empresa Ingeniería de la Construcción Cordobesa ha iniciado por fin las obras para la rehabilitación del Templo Romano después de años de parón en este proyecto incubado allá por 2014. Cuando concluya la actuación, que tiene un plazo de ejecución de 8 meses y es la mayor de las que se han realizado en el yacimiento arqueológico desde los años 50, podrá visitarse el monumento a distintos niveles, y habrá un centro de interpretación del templo al que se accederá por la fachada del Ayuntamiento en Capitulares. El Templo Romano es, junto a Cercadillas, el vestigio de época romano más importante de la ciudad de Córdoba.

El alcalde, José María Bellido, ha recordado que la obra se financia con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea Next Generation  y ha destacado que permitirá tener una visión distinta del templo, que se va a restaurar y se va a hacer visitable, y cambiará la fisonomía del entorno de la calle Claudio Marcelo. El primer edil ha ironizado acerca del sobrenombre que los técnicos de la Gerencia de Urbanismo han puesto al yacimiento, "el templo maldito" por las vicisitudes que ha atravesado su puesta en marcha, y ha deseado poner fin a esa leyenda negra y concluir en 2024 la intervención que revolucionará la forma que tenemos de ver esta joya del siglo I descubierta en 1951 con las obras de construcción del Ayuntamiento de Córdoba. De hecho, la imagen que actualmente tenemos del templo es responsabilidad del entonces alcalde Cruz Conde y del arquitecto municipal Félix Hernández

Presupuesto de 697.555 euros

El Ayuntamiento de Córdoba adjudicó inicialmente en agosto la obra de rehabilitación del Templo Romano que aunque se esperaba que se comenzaran los trabajos en octubre, finalmente ha sido ahora cuando se han puesto en marcha. El presupuesto de adjudicación asciende a 697.555,56 euros (IVA incluido) e incluye una serie de mejoras como la ampliación del plazo de garantía sobre el mínimo de un año en tres años más y la ampliación del porcentaje destinado a ensayos y control de calidad sobre el mínimo del 1%, en un 2% más.

Escalinatas y vistas a más altura

La intervención prevé la recuperación de la pronaos del templo con el objeto de permitir el acceso a la explanada anterior. Además se construirán unas escalinatas para que los visitantes puedan acceder a ese espacio haciendo un recorrido por el lateral del Ayuntamiento y se retomará la imagen del podium en el ladrillo para mostrar esa cota original. Asimismo se recuperará la cimentación donde existen restos y se construirá el centro de interpretación en la planta baja de Capitulares. Ese será el acceso natural al recorrido museológico, aunque las personas con movilidad reducida tendrán que hacer la visita desde la puerta de entrada al templo en la calle Nueva (a la espalda de la Taberna El gallo) y no podrán acceder a la pronoas. Los responsables del proyecto han explicado que ha sido imposible dar otra solución que no topase con las cartas de restauro.

La última actuación del Templo Romano tuvo lugar recientemente cuando la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Córdobaacometió una limpieza y desbroce del monumento, ubicado en la calle Claudio Marcelo con el objetivo de mantener en condiciones óptimas este enclave de alto valor arqueológico y patrimonial. Los trabajos concluyeron el pasado mes de julio a cargo de la empresa Arqueobética y contaron con un presupuesto de 2.636 euros más IVA.

Un templo, tres altares

El jefe de Arqueología de la Gerencia de Urbanismo, Juan Murillo, ha explicado con la pedagogía que le caracteriza el proyecto del Templo Romano que persigue el acceso de la ciudadanía a la pronaos, es decir, al atrio o pórtico que precedía al santuario, para entender cómo funcionaba un edificio dedicado al culto imperial. Murillo ha detallado que en los últimos tiempos los arqueólogos municipales han determinado que se llegaron a venerar aquí a tres emperadores divinizados, a juzgar por los restos de tres altares.

La idea del proyecto es recuperar sin alterar la fisonomía del templo cómo estaba en época romana. De hecho, Murillo habla de intervención "minimalista" muy alejada a la reconstrucción que se hubiera hecho hace 50 años. También la altura, ya que la cota romana era mucho más elevada que la actual calle Claudio Marcelo. Para salvar ese desnivel se construirá una especie de plaza en alto, que permita la visita al templo y una escalinata paralela al edificio del Ayuntamiento que descienda a lo que fue el subsuelo del templo.

La arquiteca jefa del Servicio de Proyectos de la GMU, Carmen Chacón, por su parte, también ha incidido en la recuperación de la plaza que había de acceso, que será similar a la que hubo con unas losas de gran tamaño la plaza y en la posibilidad de descender al nivel inferior del templo donde estaba la cota romana y de meterse debajo de la pronaos para ver los cimientos de esa plaza.   

La dirección de obras correrá a cargo de los arquitectos de la GMU Rosa Lara y José luis Chofles.