ENTREVISTA | José Manuel Rumbao Dtor. del Plan de Obesidad Infantil de Andalucía

«Los niños con obesidad tienen peor salud mental»

José Manuel Rumbao es también jefe de Pediatría del hospital Reina Sofía.

José Manuel Rumbao es también jefe de Pediatría del hospital Reina Sofía. / A.J. González

M.J. Raya

M.J. Raya

El jefe de Pediatría del hospital Reina Sofía, José Manuel Rumbao, fue nombrado este verano director del Plan Integral de Obesidad Infantil de Andalucía.

¿Cuáles son las principales líneas que se marca la Consejería de Salud y Consumo de Andalucía frente a la obesidad infantil?

Se trabaja en tres líneas estratégicas: comunicación e información a la población; promoción de la salud y prevención primaria y asistencia sanitaria, junto con sistemas de información.

¿Se está abordando el problema junto a otras consejerías?

Efectivamente. Un plan tan transversal debe de trabajarse con otras consejerías, fundamentalmente con Educación, donde la coordinación es clave para efectuar acciones conjuntas.

¿Qué incidencia tiene la obesidad y el sobrepeso en la población infantil y juvenil en la región?

Los últimos datos disponibles del Estudio Aladino Andalucía 2019, realizado con escolares de 6 a 9 años de edad, muestran que la epidemia del exceso de peso infanto-juvenil en Andalucía parece estabilizada en la última década, aunque presenta niveles más altos que en el conjunto de España. Además, conforme avanza la edad el porcentaje de alumnado con obesidad va creciendo levemente.

¿En la obesidad qué aspectos influyen?

El sobrepeso y la obesidad infantil se ven afectados claramente por los determinantes de la salud. Así, el gradiente socioeconómico influye, ya que la prevalencia de obesidad es casi el doble en escolares de familias desfavorecidas socialmente, con respecto a las más favorecidas. También se dan más casos de exceso de peso cuando más difícil es el acceso a una alimentación segura. Por otro lado, la obesidad infantil se asocia a la ingesta de bebidas azucaradas y a dietas altamente energéticas y deficientes en frutas y verduras, a la vez que en su origen contribuye la actividad física insuficiente y el sedentarismo. Otro factor a tener en cuenta es la duración y calidad del sueño, ya que se ha observado una asociación entre la presencia de obesidad infantil y el escaso número de horas de sueño, a la vez que también repercute la visión de los progenitores sobre la obesidad, ya que, según el Estudio Aladino 2019, el 71% de madres y padres de escolares con exceso de peso perciben que el peso de sus hijas e hijos es normal por lo que, probablemente, no aprecien que este sea un problema de salud urgente o prioritario.

¿Qué efectos puede tener que un menor presente sobrepeso desde edades tempranas?

La obesidad infantil es uno de los principales problemas de salud pública en España, ya que se asocia con consecuencias en la salud física, mental y social a corto y medio plazo (infancia y adolescencia) y a largo plazo (edad adulta). Estos efectos incluyen enfermedades cardiometabólicas y endocrinas; la acumulación crónica de grasa en el hígado; alteraciones renales específicas; enfermedades pulmonares y del sueño (apnea del sueño, asma); patologías del aparato locomotor (alteraciones de la movilidad asociadas a la pérdida de capacidad muscular, dolor en las articulaciones y más riesgo de fracturas); alteraciones de la piel (aumento de la sudoración y peor tolerancia a los cambios de temperatura, deshidratación de la piel, rozaduras y estrías) o peor respuesta a las infecciones, incluyendo el covid. Los niños y adolescentes con obesidad también tienen una peor calidad de vida y salud mental, con mayor probabilidad de padecer problemas psicosociales y más riesgo de consumir tabaco o alcohol, así como más posibilidad de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria y abuso de sustancias. Además, el estigma social vinculado al sobrepeso u obesidad puede causar discriminación, acoso o rechazo social y afectar al rendimiento escolar.

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