EN ESTE MOMENTO, SE ESTÁ TRABAJANDO EN El REFUERZO DE TODAS LAS ESTRUCTURAS

El lujoso hotel de la Calleja de las Flores abrirá a principios de 2025 vinculado al festival Flora

Las obras se retomaron hace dos meses tras la revisión del proyecto inicial

Habrá habitaciones con piscina, con patio y con espectaculares vistas al casco

Aún no se sabe el nombre del hotel, al que se accederá desde la plaza y no desde la calle Encarnación

Juan Ceña y Rafael González, en la suite de la última planta con vistas a tres zonas del casco histórico.

Juan Ceña y Rafael González, en la suite de la última planta con vistas a tres zonas del casco histórico. / Francisco González

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Después de casi tres años con el proyecto congelado por la pandemia, la construcción del hotel de cinco estrellas impulsado por el creador del festival Flora, Jianping Fu, en Córdoba ha vuelto a ponerse en marcha. El socio fundador de Zizai Hoteles, Juan Ceña, explicaba ayer que durante los dos años de parálisis turística provocada por el covid, la empresa llegó a plantearse abandonar el proyecto y que no ha sido hasta principios de 2023 cuando se han decidido a reactivarlo, reanudándose las obras hace solo dos meses. Sin pandemia de por medio, el hotel debería haber abierto en el año 2021. Afortunadamente, las catas arqueológicas acabaron antes de que el covid hiciera acto de aparición. En este momento, se estima que la ejecución y puesta en marcha del hotel será posible en el plazo de 14 meses, lo que traslada el horizonte temporal para la inauguración a principios de 2025. 

Para hacer viable la construcción de este lujoso hotel, levantado sobre dos casas antiguas con entrada por la Calleja de las Flores y la calle Encarnación, repletas ambas de restos ocultos de los siglos XV y XVI, ha sido necesario revisar todo el proyecto inicial para recalcular los costes. «Todas las licitaciones se han elevado un 15%», afirma Ceña, «por lo que hemos tenido que pensar mucho para buscar alternativas que nos permitieran hacer lo mismo con soluciones constructivas y decorativas diferentes, con el fin de garantizar la sostenibilidad del hotel a largo plazo». La inversión total ascenderá a 7 millones de euros.

Un hotel ligado al festival Flora

El hotel de la Calleja de las Flores, que aún no tiene nombre definitivo, estará estrechamente vinculado al festival Flora. «Nuestro propósito es que haya una conexión durante todo el año, tanto estéticamente, lo que nos llevará a realizar un trabajo de paisajismo y decoración floral importante en el edificio y en las distintas habitaciones, como con la realización de actividades que se irán viendo una vez esté funcionando», adelantó Ceña. 

El jefe de la obra es el ingeniero Rafael González, vecino de Santa Marina, para quien trabajar en un espacio como este es «un privilegio que nunca habría imaginado». Los trabajos que se están llevando a cabo en este momento están centrados en reforzar todas las estructuras así como las escaleras del edificio y en la retirada de las cubiertas y demolición de las zonas que no se van a conservar. 

Tejas apiladas para su reutilización posterior.

Tejas apiladas para su reutilización posterior. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Casi el 90% de la casa de la Calleja de las Flores está protegida y una de las crujías de la de Encarnación también. El sello de los hoteles Zizai es «el respeto a la historia y al patrimonio de las ciudades en las que levantan», destaca el socio fundador del grupo. Por eso se está trabajando en la conservación y puesta en valor no solo de los restos arqueológicos rescatados del laberinto arquitectónico del que se partía, sino reutilizar el mayor número de elementos originales. Así, en el recorrido por la obra salen al paso tejas, rejas, puertas, ventanas y vidrieras que se han guardado con la intención de recuperarlas e integrarlas en el inmueble. También se reutilizarán parte de las baldosas del suelo, algunas de las cubiertas de madera y algunas de las piedras rescatadas de los muros. La principal dificultad de este proyecto radica en «adaptar un espacio que existe, con parte de mucho valor patrimonial que queremos conservar y resaltar a un uso actual para la vida de hoy, en este caso, de un hotel». Según Ceña, «una vez definidos los espacios, el reto era ofrecer una solución técnica actual y con garantías de seguridad a un edificio que ha vivido siglos de sucesivas reconstrucciones sin orden ni uniformidad en los materiales».

El acceso principal será por la plaza de la Calleja de las Flores.

El acceso principal será por la plaza de la Calleja de las Flores. / FRANCISCO GONZÁLEZ

El acceso principal se situará en la plaza de la Calleja de las Flores

El hotel tendrá 19 habitaciones, bar y restaurante, entre otros servicios, tal y como se planteó en el proyecto inicial, pero ha sufrido algunas modificaciones. Una de las más importantes es que el acceso principal al hotel ya no estará en la calle Encarnación sino en la plaza en la que desemboca la Calleja de las Flores. «Esta entrada estaría genial para darle un uso recreativo como un bar, se nos llenaría de gente, pero nos parece que es subrayar el valor de este espacio emblemático situando la recepción», comenta Ceña. Inicialmente, la recepción se iba a instalar en una galería mudéjar datada entre los siglos XV y XVI descubierta en las excavaciones arqueológicas dirigidas por Fátima Castillo y que cuenta con un pilar ochavado con arcos de medio punto y que estuvo oculta por las transformaciones sucesivas que experimentó el inmueble, remodelado de forma caótica a lo largo de los años y en el que han ido superponiendo estructuras y tabiques hasta convertirlo en un laberinto.

Una vez el visitante acceda al edificio y pase por la recepción, se adentrará en el complejo puzzle arquitectónico de 1.800 metros cuadrados que, según el jefe de obras, le costó un mes memorizar antes de poder ubicar cada habitación en su sitio. La primera estancia que sale al paso es un patio con un aljibe protegido y un corredor en el que se salpican las primeras habitaciones. En total, el hotel contará con seis patios, algunos de los cuales son de uso común y otros de acceso restringido a los usuarios que se alojen en determinadas habitaciones.

Cada habitación, su toque singular

En la planta de abajo, se encuentra una de gran tamaño y un patio privado con piscina. A poca distancia se sitúa otra, que también dispondrá de un patio propio en el que destaca un arco de medio punto ligeramente apuntado que en su tiempo fue acceso al convento de la Encarnación y que constituye uno de los hallazgos arqueológicos que ha sacado a la luz la construcción del hotel.

Los futuros huéspedes tendrán que elegir entre las imponentes habitaciones de la planta baja, muchas de ellas con patio propio, y las de las plantas superiores, entre las que destaca una suite de grandes dimensiones con vistas a la Catedral, el minarete de la Mezquita y a la Campiña y con salida desde la habitación a un patio de nueva construcción y una en la segunda planta con ventanales a la Calleja de las Flores.

Recreación del interior del hotel realizada por el Estudio OTO.

Recreación del interior del hotel realizada por el Estudio OTO. / CÓRDOBA

En este momento, el inmueble presenta un aspecto que a primera vista, da la impresión de que hay demasiado trabajo por hacer para que dé tiempo a que esté acabado en 14 meses. Según el jefe de obra, "el edificio no cobrará una imagen parecida a lo que será al final hasta muy avanzada la obra".

La decoración, mezcla de estilo clásico y contemporáneo, sin elementos vanguardistas que chocarían con la esencia del edificio, correrá a cargo de Estudio OTO, que ya exhibe recreaciones en su web sobre cómo quedará cuando esté acabado. Según Juan Ceña, esas propuestas se mantendrán íntegramente.

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