LOTERÍA PRIMITIVA

Un Gordo de 8,4 millones de euros en Arroyo el Moro: "Se nos han saltado las lágrimas de la emoción"

Las responsables del estanco donde se ha sellado el boleto premiado reciben la noticia con gran ilusión

Los vecinos especulan con quién ha podido ser el afortunado o afortunada, que por ahora permanece en el anonimato

El Gordo de la Primitiva deja más de ocho millones de euros en Arroyo del Moro

A.J. González

Entre los vecinos que este lunes hacían cola desde primera hora de la mañana a las puertas de la administración de la calle Isla Menorca, sobrevolaba la misma pregunta: "¿Y si hubiera sido yo?". Es lo que incita a pensar el Gordo de la Primitiva, que ha caído en Córdoba con la atractiva cifra de más de 8.400.000 euros. Un golpe de suerte que ha emocionado a la lotera de este despacho del barrio Arroyo del Moro. "Cuando me he enterado, se me han saltado las lágrimas", ha comentado a la prensa Marisa Rodríguez, titular de este negocio familiar con más de treinta años de andadura y en el que también trabajan sus hijas África y Diana Úbeda Rodríguez.

"Este es un barrio trabajador, así que sólo espero que haya tocado en una familia que de verdad lo necesite", reconocía Marisa, mientras la fila a las puertas del establecimiento no paraba de aumentar. "Aquí siempre tenemos mucha clientela y damos premios menores, incluso los de Navidad. Pero esto va a ser un apoyo importante para el negocio y ya se está notando", añadía África, tras el mostrador. Ambas perciben un aumento de las ventas de papeletas para los premios de Primitiva, Bonoloto y Lotería con respecto a las cifras del año anterior. Una señal de que la ilusión se contagia.

Vecinas de la zona junto al estanco y punto de venta de lotería de la calle Isla Menorca, donde se ha validado un boleto con el Gordo de la Primitiva.

Vecinas de la zona junto al estanco y punto de venta de lotería de la calle Isla Menorca, donde se ha validado un boleto con el Gordo de la Primitiva. / A. J. GONZÁLEZ

Inquietud creciente entre los vecinos

Conforme ha ido avanzando la mañana y el nombre de la persona premiada seguía sin saberse, la inquietud también ha ido creciendo en la clientela, tan desconcertada como curiosa. Los presentes admitían conocer a varios vecinos que, como ellos, suelen ir a "echar la suerte", pero ninguno tenía sospechas de quien pudiera ser el millonario. "Quizá hasta ni sea del barrio", comentaba una de las usuarias de la residencia de ancionos cercana, antes de "ir a comprar nuestros tres euros semanales". Es el caso de Eli Espinosa, trabajadora del Telepizza, quien aprovecha los descansos para acercarse a la administración. "Yo no vivo en este barrio, pero ¿y si me toca?".

Con los vecinos inquietos, la prensa a las puertas y Marisa sin poder disimular -- "llevo todo el día nerviosísima"-- aseguraba, lo que parecía inamovible es el cariño con el que se despacha a los clientes de siempre. "Tenemos unos clientes muy cariñosos porque siempre vienen a ver a mis hijas y hoy no han parado de felicitarnos", incidía Marisa.

Quien quiera que sea la persona agraciada quizá todavía ni lo sepa o tal vez lo sepa sin querer ser el tema central de conversación para el barrio. Pero el premio sigue sin cobrarse y continúan las preguntas "¿Y si soy yo la próxima vez?", mientras sigue la espera en mitad del calor de agosto.