ENTREVISTA | Juan Francisco Alcalá Premio al Joven Investigador de la Sociedad Europea de Arteriosclerosis

«El aceite de oliva es el que presenta mejores cualidades para la salud»

«Merece la pena dedicar parte del presupuesto familiar a la compra del virgen extra», afirma

En el hospital Reina Sofía: El especialista en Medicina Interna e investigador Juan Francisco Alcalá.

En el hospital Reina Sofía: El especialista en Medicina Interna e investigador Juan Francisco Alcalá. / CÓRDOBA

M.J. Raya

M.J. Raya

El investigador del grupo Nutrigenómica y Síndrome Metabólico del Imibic y especialista en Medicina Interna del grupo de la Unidad de Lipidos y Arteriosclerosis del hospital universitario Reina Sofía Juan Francisco Alcalá Díaz acaba de recibir el premio al joven investigador en el 91 congreso de la Sociedad Europea de Arteriosclerosis. El reconocimiento ha sido en la categoría de ciencias clínicas, por ser el firmante principal del reconocido estudio Cordioprev, junto al doctor Javier Delgado. Contando también como firmantes, en la categoría senior, con los doctores José López Miranda y Pablo Pérez Martínez. El premio del doctor Alcalá en la categoría de joven investigador ha sido el primero que ha recaído en un científico español por parte de esta sociedad. Juan Francisco Alcalá nació en Torredonjimeno (Jaén). Estudió Medicina en Granada y lleva unido a Córdoba desde 2007, fecha en la que empezó la especialidad de Medicina Interna en el Reina Sofía. Tras acabar la especialidad, obtuvo un contrato Río Hortega y, actualmente, cuenta con un contrato de clínico investigador, que le permite compaginar docencia, investigación y asistencia.

¿Qué estima ha podido valorar la Sociedad Europea de Arteriosclerosis para concederle el premio al joven investigador?

Los resultados del estudio Cordioprev (Prevención secundaria a largo plazo de las enfermedades cardiovasculares con una dieta mediterránea y una dieta baja en grasas) fueron publicados en la prestigiosa revista The Lancet en 2022. Este estudio es un ensayo clínico aleatorizado, realizado en el Reina Sofía durante siete años, con la participación de 1.002 pacientes cordobeses con enfermedad coronaria establecida, que recibieron una intervención dietética con dieta mediterránea o de dieta baja en grasa. El objetivo principal fue valorar el surgimiento de nuevos eventos cardiovasculares, evaluando su aparición en los dos tipos de dieta. El estudio demuestra que la dieta mediterránea es la que reduce más el número de futuros posibles eventos cardiacos, frente a la dieta baja en grasas. Esta iniciativa ha contado con la participación de más de 100 profesionales, entre investigadores clínicos y otras categorías. Supone a su vez un reconocimiento al doctor José López Miranda, director de la unidad de Medicina Interna del Reina Sofía y del grupo del Imibic Nutrigenómica y Síndrome Metabólico, así como al doctor Francisco Pérez Jiménez, encargado originalmente de diseñar el estudio.

¿Qué beneficios puede suponer que el estudio Cordioprev se publicara en la revista ‘The Lancet’?

Publicar en The Lancet es de las metas más difíciles en el ámbito de la medicina. Por eso, nos sentimos muy orgullosos de lo que ha supuesto el desarrollo de este estudio. Casi más de 15 años de preparativos, de búsqueda de financiación, de convencer a la administración pública y al sector privado, para poder llevar a cabo una investigación, que ha supuesto un esfuerzo muy grande y que se ha visto compensado con la publicación en The Lancet. Ha sido una gran oportunidad para resaltar que la dieta es uno de los actores fundamentales en la prevención del riesgo cardiovascular en una población de muy alto riesgo que ya ha tenido un infarto previo, y de concluir que con una dieta mediterránea, que incluya aceite de oliva virgen extra, se logra reducir este tipo de eventos coronarios.

El investigador Juan Francisco Alcalá, en el congreso europeo en el que recibió el galardón.

El investigador Juan Francisco Alcalá, en el congreso europeo en el que recibió el galardón. / CÓRDOBA

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¿Cuánta población se ve afectada por las patologías cardiovasculares?

La enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de mortalidad en países desarrollados y de morbilidad (sufrimiento asociado a la enfermedad). Entre las causas de esta situación están el sedentarismo y el mayor consumo de alimentos ultraprocesados, alejados de la dieta tradicional. Por eso, es importante adoptar adecuados hábitos de salud.

¿Falta concienciación aún en la sanidad sobre las bondades para la salud de la dieta mediterránea y del aceite de oliva virgen extra?

La sanidad en Andalucía sí está muy concienciada sobre cómo abordar la nutrición de los pacientes de alto riesgo vascular, aunque sería necesario dotar la intervención médica de mayores recursos. Al igual que Cardiología usa la rehabilitación para evitar la repetición de eventos cardiacos, sería necesario implantar una consulta o unidad que aportara recomendaciones nutricionales e intervenciones individualizadas para este tipo de pacientes. Igualmente, sería interesante seguir potenciando la educación y promoción de adecuados hábitos de salud, entre la población infantil y adolescente, por parte de las administraciones y de los profesionales sanitarios para evitar precisamente que haya más personas afectadas por patologías condicionadas por dietas poco sanas.

Con la subida de precios se prevé una caída del consumo de aceite de oliva. Al margen de ello, existen modas de tomar otros aceites o grasas como la del aguacate. ¿Cómo valora esta situación?

Merece la pena dedicar parte del presupuesto familiar a la compra de aceite de oliva virgen extra (cuyo consumo diario recomendado es de cinco cucharadas al día) frente a otros aceites porque ayudará a mejorar nuestra salud. El virgen extra es un alimento indispensable para la dieta, por su valor nutritivo y porque contiene una serie de componentes, con un importante valor antioxidante, que ayudan a prevenir numerosas enfermedades. Pueden existir otras grasas, que se pueden tomar en forma de aceite o que están en el aguacate, pero hay que valorar también cuando se opta por su consumo el impacto económico y la contaminación que implica incorporar a la dieta productos que llegan de otros países o que no son de temporada, cuando tenemos la suerte de contar aquí con el aceite de oliva virgen extra y con el resto de alimentos saludables y de cercanía que integran la dieta mediterránea. Se puede usar, no como sustituto, pero sí como alternativa cuando una familia va muy justa, el aceite de girasol alto oleico, aunque el mensaje que debe prevalecer y que está demostrado con la literatura científica, es que el aceite de oliva virgen extra es el que presenta mejores cualidades para la salud.

El sistema Nutriscore (de etiquetado de alimentos) reconsideró su posición sobre el aceite de oliva y decidió que sí era saludable. ¿Cree que el estudio Cordioprev está ayudando a que se siga reconociendo en el mundo los beneficios de la dieta mediterránea frente a otras dietas?

En el mundo de la nutrición se ha pecado de mandar mensajes de alto impacto, pero con escaso evidencia científica. Hay aceites que cuesta menos producir, como el de coco o palma, que han sido muy usados por la industria alimentaria, aunque son más perjudiciales. Las autoridades necesitan evidencias científicas para modificar etiquetados y cantidades recomendadas sobre ciertos aceites. Gracias a la evidencia científica y a que se han demostrado los perjuicios de esas grasas trans, que habitualmente contenían la bollería, galletas o dulces, se ha reducido el uso de las mismas. Por otro lado, cuando se presentó el Cordioprev, el ministro de Agricultura, Luis Planas, se mostró agradecido con nuestro trabajo porque podía ser usado como herramienta a nivel europeo y mundial para etiquetar el aceite de oliva como grasa saludable.

¿En qué nuevas investigaciones se encuentra participando en estos momentos?

Aprovechando el estudio Cordioprev y los mil pacientes coronarios evaluados durante siete años, ahora estamos desarrollando un proyecto, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, sobre secuenciación genética de esos pacientes, para hacerles estudios de nutrición personalizados y ver cuáles responden mejor a las recomendaciones nutricionales. Los investigadores principales somos de nuevo el doctor Javier Delgado y yo.

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