ENTREVISTA | Gabriel Pérez Alcalá Rector saliente de la Universidad Loyola Andalucía

"No hay partido político que me quiera en sus filas, ellos no me querrían y yo no tengo ningún interés"

"Ese hincapié que hacemos en España en que todo lo universitario tiene que tener una salida profesional empobrece el debate intelectual. Nosotros no llamamos intelectuales a los profesores universitarios, algo impensable en otros países", afirma

Gabriel Pérez Alcalá, rector de la Universidad Loyola Andalucía.

Gabriel Pérez Alcalá, rector de la Universidad Loyola Andalucía. / CÓRDOBA

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Llegó a la dirección de ETEA en 2008, en plena crisis del ladrillo; en 2011, se embarcó en la titánica misión de levantar desde cero la Universidad Loyola Andalucía. En el camino, se cruzaron varios cambios de gobierno, una pandemia, una guerra internacional y una crisis económica que ha puesto bocabajo Europa. Nada de eso le ha restado un ápice del entusiasmo y la templanza que caracterizan a Gabriel Pérez Alcalá, el único rector laico de una universidad jesuita en Europa y el único fundador de una institución como esta. En septiembre, tras cumplir los tres mandatos que la Compañía de Jesús establece como máximo para un rector, dejará el timón de Loyola en manos del catedrático de Ingeniería Fabio Gómez-Estern. Tiene 62 años, pero no se quiere jubilar. Cuenta que de pequeño, cuando iba de visita con su madre, ella solía advertir: "No os preocupéis por él porque se entretiene solo". Sigue igual.

¿En qué momento vital le llega este relevo, le apetece dejarlo, está cansado?

Yo no estoy cansado del cargo ni de trabajar, me sigue apasionando el proyecto de Loyola y aquellos que me conocen saben que tengo cuerda para rato. No es cuestión de cansancio sino de normas, aunque también creo que es bueno que haya limitación de mandatos. A la universidad le va a venir bien este cambio por varias razones. La primera, porque los liderazgos se desgastan y, dentro de la continuidad, hay que introducir savia e ideas nuevas para que haya cierta renovación. Me parece oportuno el cambio generacional. La Universidad está reconocida y se está empezando a consolidar, por eso es bueno que se incorpore una generación más joven, bajar la edad media de los que estamos en primera línea. Además, puedo garantizar que el nuevo rector es mucho mejor que el que se va. Empieza un periodo diferente, es el momento de que la buena Universidad que hemos creado se expanda, de hacerla más sólida y coherente y que tenga más presencia. Yo haría la comparación de este proceso con las figuras históricas del conquistador que va extendiendo dominios, y el hacedor de imperios, que es aquel que lo administra, lo consolida y lo proyecta en el futuro. Creo que ese será el papel de Fabio Gómez-Estern, el de constructor del imperio. 

Yo haría la comparación de este proceso con las figuras históricas del conquistador, y el hacedor de imperios, que es aquel que lo administra, lo consolida y lo proyecta en el futuro. Creo que ese será el papel de Fabio Gómez-Estern"

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¿Su sustitución por un rector sevillano desplazará el centro de poder de la Universidad Loyola a Sevilla?

Nosotros no vemos la universidad como un ente dividido en dos centros distintos, para nosotros solo hay uno, de ahí que gran parte del profesorado que da clase en Loyola en Córdoba viene de Sevilla y una parte relevante de los docentes de Empresariales de Sevilla van desde Córdoba. Para nosotros, no existen dos campus, decimos que tenemos dos edificios en el mismo campus que están separados por ciento y pico kilómetros. De la alta dirección de la Universidad, vicerrectores o directores, una parte vive en Sevilla y otra en Córdoba, y yo he estado viviendo entre Córdoba y Sevilla, como hará Fabio ahora. De todas formas, el peso del campus de Sevilla es indudablemente mayor que el de Córdoba porque tenemos muchos más alumnos, pero la dirección de Loyola no piensa en Córdoba versus Sevilla. 

El relevo no supone un cambio de estrategia de la Universidad ni de los proyectos que están en marcha. Nosotros no hacemos nunca cambios bruscos"

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¿El resto de su equipo cesará con usted?

Según los estatutos, con el rector solo cesan vicerrectores y secretario general. Esto no es como la Universidad pública, donde hay una candidatura que sustituye a la anterior. Los demás miembros del equipo: Gerencia, Recursos Internacionales, Recursos Humanos, Márketing y Comunicación, etc permanecen, al igual que decanos y directores de departamento. El nuevo rector, en diálogo conmigo, evaluará personas y veremos quién es conveniente renovar y quién no y propondrá al patronato los cambios que estime convenientes. Eso se hará en septiembre, pero igual que adelantamos mucho el nombre del nuevo rector, en los próximos meses, empezaremos a hablar de personas que puedan sustituir a aquellos que salgan de sus cargos. En cualquier caso, el relevo no supone un cambio de estrategia de la Universidad ni de los proyectos que están en marcha. Nosotros no hacemos nunca cambios bruscos.

¿Qué planes tiene a partir de septiembre? ¿Volverá a la docencia o hay posibilidad de que salte a la política como hizo el rector de la UCO, que ahora es consejero de la Junta?

A cortísimo plazo, mi trabajo consistirá en hacer una transición con mi sucesor lo más ordenada posible. A partir de septiembre, vuelvo a mi cátedra, a dar mis clases, y a la investigación. Tengo alguna oferta de universidades extranjeras, de Alemania, Austria y EEUU, para hacer pequeñas estancias que también hacía antes de ser rector. Por lo tanto, nada nuevo. Vuelvo a la situación de 2008 cuando me hice cargo de la dirección de ETEA.

¿Ningún partido político le ha lanzado el anzuelo?

Pues no, yo soy muy políticamente incorrecto. No hay ningún partido que me quiera en sus filas porque yo tengo un pasado y mis ideas sobre política económica están escritas y publicadas. Soy un tipo muy independiente. Primero, ellos no me querrían y hacen bien en no quererme y luego, yo no tengo ningún interés, no por el servicio público, eso siempre lo he tenido, pero no tengo perfil político, ni la capacidad de exposición de los políticos. No creo que sea útil para ellos. Esto no significa que no me guste la política y como economista he tenido mucha relación con las administraciones, tengo amigos en diferentes partidos, pero no tengo perfil político. Y además, ya no cumplo cuota, salvo la de la tercera edad.

¿Qué materias va a investigar en esta nueva etapa?

Volveré a mis temas de antaño, la valoración de políticas públicas. Uno de los temas más llamativos es si el gasto educativo distribuye rentas, porque sobre eso hay mitos muy curiosos. Se puede demostrar con datos que el gasto público distribuye rentas si se concentra en los primeros niveles educativos. Otro tema serán las trampas de pobreza, como el PER, que perpetuó zonas deprimidas en las que la gente no se formó porque no tenían incentivos para formarse ni para montar empresas.

No pienso para nada en la jubilación. Yo lo que quiero a partir de ahora es ser el mejor exrector del mundo.

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¿Piensa jubilarse joven o alargará al máximo sus años en activo?

No pienso para nada en la jubilación. La Universidad es uno de los ejes de mi vida y pensar que voy a ir perdiendo ejes no me gusta. Puedo irme al extranjero un tiempo, pero siempre vuelvo a Andalucía, puedo trabajar para alguna empresa o consejo de administración puntualmente, pero siempre cerca de la Universidad. Yo lo que quiero a partir de ahora es ser el mejor exrector del mundo. 

Gabriel Pérez Alcalá, rector de la Universidad Loyola Andalucía.

Gabriel Pérez Alcalá, rector de la Universidad Loyola Andalucía. / CÓRDOBA

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Se va justo cuando va a ver la luz el nuevo campus sanitario de Loyola, que tanto le ha costado encauzar. ¿Le queda la espina de no ser rector al menos el primer curso?

En absoluto, no hay nada personal ni espina ninguna por eso. Es cierto que en el año 2015 ya soñé con ello y que no se ha conseguido hasta 2023. Este ha sido para mí uno de los grandes temas, pero no es el único que se queda a medias. Uno no puede pensar en esos términos o no se despegaría nunca de los cargos. La vida continúa y estoy muy contento de que, bajo mi mandato, se haya logrado obtener los títulos de ciencias de la Salud aunque, lógicamente, me habría gustado conseguirlos mucho antes, como me habría gustado que no hubiera pandemia y muchas otras cosas. Me alegro muchísimo de que empiece a andar y estoy seguro de que el nuevo rector con el equipo decanal que ya está trabajando harán un fantástico trabajo. Estoy muy esperanzado, hemos tenido mucho éxito con las pruebas de la semana pasada y en cuanto lleguen los permisos se pondrá todo en marcha.

Me llevo lo global, el haber podido empezar con el sueño de una universidad moderna, internacional, flexible, más anglosajona que española y con haber podido ponerla en marcha y crear casi 450 puestos de trabajo"

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Dice que no le quedan espinas. ¿Qué balance hace del camino recorrido?

Efectivamente, no hay espinas. Al contrario, doy gracias a la providencia y la Compañía de Jesús porque me permitieron a mí y a mi equipo soñar una Universidad y nos han apoyado hasta ponerla en pie. Me llevo lo global, el haber podido empezar con el sueño de una universidad moderna, internacional, flexible, más anglosajona que española y con haber podido ponerla en marcha y crear casi 450 puestos de trabajo. Nos vamos satisfechos. Todo proceso tiene errores y a mí me habría gustado cometer menos, pero me quedo con el deber cumplido y con el honor que se me hizo al permitirme montar Loyola, no miro atrás para ver si hay cosas que hubiera hecho de otra forma. Soy un hombre optimista y vital y miro al futuro, el pasado no me interesa.

Otra de las grandes apuestas de Loyola ha sido la comunicación, con una facultad vinculada a las artes que llega en un momento complicado en los medios. ¿La comunicación tiene futuro?

Radicalmente sí. Nosotros queríamos ser una universidad completa y eso implica que nada de lo que define al ser humano, a la sociedad y a su cultura puede estar fuera de la reflexión universitaria y la enseñanza, haya más o menos gente. Por eso tenemos una facultad de Teología en Granada, vamos a tener ciencias de la Salud, lo sano; Derecho, lo justo; Ingeniería, lo útil y Ciencias, lo cierto. Reflexionamos sobre todo y por eso había que incorporar la reflexión sobre lo bello, lo digital y lo comunicativo. Hemos mezclado arte y comunicación porque el arte no deja de ser un lenguaje comunicativo y la cultura se hace a través de la comunicación y el arte.

Yo me refería a las salidas laborales.

Si una Universidad solo se fija en lo laboral pierde su sentido. Ese hincapié que hacemos en España en que todo lo universitario tiene que tener una salida profesional es un error porque empobrece el debate intelectual y universitario y empobrece a la sociedad intelectualmente. Empobrece de tal manera que nosotros no tenemos filósofos, no hay artistas que estén dentro de la Universidad. Nosotros no llamamos intelectuales a los profesores universitarios, algo que es impensable en Alemania, en Francia, en Reino Unido o en Estados Unidos, donde los intelectuales están dentro de la Universidad. Aquí llamamos intelectual a cualquier actor.

No se han hecho los análisis bien. La gente piensa que en los últimos cinco años los sectores que más han crecido y van a crecer son los sanitarios y eso no es cierto"

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Pero esos universitarios que vayan formándose tendrán que trabajar.

El problema es que no se han hecho los análisis bien. La gente piensa que en los últimos cinco años los sectores que más han crecido y van a crecer son los sanitarios y eso no es cierto. El sector y la demanda que más ha crecido en los últimos cinco años han sido las artes, en especial la música. La producción artística, musical, series, lo que tiene que ver con el entretenimiento es una parte creciente del PIB mundial y de la economía desarrollada. En la pandemia creció tanto como lo sanitario. El siguiente sector con más proyección de crecimiento es el digital y el tercero es lo sanitario. Por eso nosotros ampliamos por las tres ramas: arte, digital y salud. Ahí va a haber actividad. Lo que no sabemos es qué profesiones son las que habrá. Así como las sanitarias tienen profesiones reguladas, aunque haya que cambiar algunas competencias, en lo digital cada vez hay más variedad y de aquel loco informático autodidacta al ingeniero informático ahora hay miles de profesiones diferentes, en lo artístico y lo comunicativo pasa igual. La comunicación no es solo el periodismo, también los Instagramers, los Tiktokers... Todo eso está saliendo fuera porque las universidades no se han preocupado de reflexionar sobre la comunicación sino de mantener unas profesiones determinadas. Estoy convencido de que habrá muchas profesiones vinculadas a la comunicación en un mundo con tanta información. También se van a necesitar más comunicadores fiables que creen opinión cimentada sobre hechos ciertos en cuanto se aclare un poco el caos actual.  

Córdoba está empezando a vivir su invierno demográfico y eso afecta a las universidades"

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Entre las tareas que deja pendientes para el nuevo rector, ¿está la construcción de un nuevo edificio en el campus de Córdoba o eso se descartó?

Se va a construir en Sevilla, en Córdoba lo que se hará en verano es una profunda remodelación del edificio 3, donde está la biblioteca y la cafetería, donde van temas de Ciencias de la Salud. Ahí habrá una inversión importante, pero hacer un edificio en Córdoba... No son tiempos porque la construcción está carísima, el campus de Córdoba tiene una buena dimensión para los grados que tiene y luego recordemos que Córdoba está empezando a vivir su invierno demográfico y eso afecta a las universidades. La provincia tiene la misma población que en el año 2000 y la de la ciudad también está estancada, no hay más que ver lo que está pasando en los colegios. Esa caída va a llegar a la universidad dentro de nada. En la UCO, llegó a haber más de 20.000 estudiantes y ahora hay unos 15.000. Pensar que vamos a seguir invirtiendo en el campus de Córdoba con esta perspectiva... Esto no pasa en Málaga o en Sevilla. La crisis del 2008 destrozó empresas muy grandes de Córdoba que anclaban profesionales de media y alta cualificación y que no han sido absorbidos por otras empresas. En la década de los 80, pasó igual con el sector industrial del cobre y la joyería. ¿Qué queda entonces para estos trabajadores? La administración pública y tres sectores que absorben poca mano de obra universitaria, la industria agroalimentaria, el turismo y el comercio. 

La cuestión no es si más o menos universidades, si públicas o privadas, sino que sean universidades de calidad. Si mañana viniera Harvard para montar un campus, seríamos estúpidos si no los dejáramos hacerlo"

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Se está tramitando ahora la incorporación de nuevas universidades privadas en Andalucía, ¿cree que hay sitio para más?

A mí me parece que el debate universitario en España es increíblemente superficial y aburrido. Ese debate se planteó ya en el siglo XIX y se volvió a abrir en la época de Franco, cuando curiosamente solo se admitieron cuatro universidades privadas y porque la Iglesia presionó. Dicho esto, ¿caben más universidades? Pues depende. Si mañana viniera Harvard para montar un campus, seríamos estúpidos si no los dejáramos hacerlo. Si viniera el MIT, también privada, igual. Yo siempre comparo el sistema universitario andaluz con el de Massachusetts, que tiene 7 millones y pico de habitantes y 44 universidades, entre públicas y privadas, universidades de primerísimo nivel y ahora hay más de 30 premios Nobel dando clase allí. De lo que se trata es de atraer a universidades punteras porque así, seguro que no tendríamos la descapitalización de gente joven que estamos teniendo y atraeríamos un volumen de inversiones y empresas que no atraemos. Igual habría que revisar si la política universitaria de los últimos 40 años ha sido la adecuada para atraer eso. A lo mejor el debate no es si universidades públicas o privadas, si muchas o pocas, sino si tenemos universidades de calidad y qué exigencias de inversión, presencia en el territorio, calidad académica, internacionalización e investigación ponemos a las universidades para instalarse aquí.

Hay profesores de Loyola que se van a la pública en cuanto pueden. ¿Tienen previstas medidas para estabilizar al personal?

La estabilidad de Loyola, en términos de contrato, es mayor que en cualquier universidad pública. Más allá de los salarios, la carrera universitaria es mejor también porque no tienes que competir de la misma forma, quitándole la plaza a alguien para ser titular porque cumpliendo una serie de requisitos, se adquiere. Respecto a que se van, solo es cierto en algunas carreras como Psicología, aunque en un pequeño porcentaje del total. Esto no ocurre en Empresariales, Economía Pura ni en Ingeniería, donde los profesores llaman a nuestra puerta. Las dificultades para reclutar docentes en algunas carreras como Derecho o Informática las tenemos todos, pero no tenemos una salida masiva de profesorado y la mayoría de los casos que se dan es porque hay personas con vocación de una estructura universitaria diferente a la nuestra, que aspiran a ser funcionarios en una Universidad pública. Eso lo acepto y lo comprendo. En cualquier caso, para las 40 plazas de Ciencias de la Salud, hemos tenido más de 180 peticiones, muchos profesores de la pública se quieren venir a Loyola y en Ingeniería, igual. 

Los profesores que se han ido no se van por el sueldo, que es muy competitivo, sobre todo, para los buenos investigadores. El problema es que hay un mito porque las universidades privadas chiringuitos de Madrid pagan mucho menos"

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¿Los sueldos de Loyola son competitivos?

Sí lo son. Los profesores que se han ido no se van por el sueldo, que es muy competitivo, sobre todo, para los buenos investigadores. El salario base es similar al de la pública y los complementos son superiores. Además, hay incentivos anuales de investigación que, si publicas, se suman. Por eso, los buenos docentes e investigadores tienen una progresión profesional importante y anualmente puedes ganar más dinero. El otro día, un profesor de la Universidad de Sevilla me pregunto esto y cuando le expliqué, me dijo que ganaría mucho más con nosotros. El problema es que hay un mito porque las universidades privadas chiringuitos de Madrid pagan mucho menos. Hay dos convenios colectivos y eso mucha gente no lo sabe. Navarra, Comillas, Deusto, Loyola, Ramón Llull tenemos tablas salariales diferentes, muy por encima del convenio.

Yo siempre digo que todo proyecto de ciudad tiene que pasar necesariamente por reducir las brechas y áreas de pobreza. Si eso no se consigue, no estamos haciendo la ciudad que tenemos que construir"

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Uno de los proyectos sociales que han liderado en los últimos años en Córdoba es el de fomentar la integración de barrios como Palmeras, para lo que recibieron una subvención municipal de más de 200.000 euros. ¿Está satisfecho con los resultados?

Hemos trabajado no solo en Palmeras, también en otros barrios de Córdoba y Sevilla. Yo creo que hemos avanzado bastante, pero cuando estábamos empezando llegó la pandemia, que atacó seriamente y sigue provocando cicatrices en estas zonas. A muchos niños, les pilló en pleno proceso de formación y no se pudo actuar por las restricciones. Si me preguntas cómo valoramos la actuación, yo diría que bastante hicimos. Loyola fue uno de los agentes privados junto con las administraciones públicas que ayudó a sortear necesidades perentorias. Tuvimos que volcarnos durante dos años en la emergencia social. Pasado eso, retomamos la hoja de ruta y vamos con buenos pasos aunque lentos. Queda muchísimo por hacer y será uno de los temas a los que me dedique con más intensidad. En esto recuerdo una frase del obispo Casaldáliga que decía que "los cristianos somos soldados derrotados de una causa invencible". Algo parecido se puede decir del trabajo en estas barriadas porque hay tanto por hacer... pero no podemos dejar de trabajar. Por eso, yo siempre digo que todo proyecto de ciudad tiene que pasar necesariamente por reducir las brechas y áreas de pobreza. Si eso no se consigue, no estamos haciendo la ciudad que tenemos que construir.

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